Manuel, el señor del Cementerio Municipal, fue el primero en recibirnos con la historia de Tierra Amarilla a nuestra llegada al territorio. No fue casualidad que él iniciara los homenajes a la memoria del pueblo, ante la pregunta él fue enfático respecto a que el río que cruza la comuna, debía ser homenajeado, aquel río de antaño que tenía grandes caudales, donde la gente se dirigía a refrescarse.
Aquel río, ya inexistente, fue el motivo del primer memorial. Este tópico se reiteró en varias ocasiones por los tierra amarillanos, para ellos este hito geográfico representa un antes y un después en la historia de la comuna, a él se asocian no sólo la disminución del caudal a causa de la acción minera y de las parras, sino que además, a los aluviones que transformaron la geografía y la memoria del pueblo
Este memorial fue situado a decisión de Manuel, en una de las laderas del río, cercano a la Plaza de Armas, un lugar transitado por aquellos que en esta época visitan el río con el propósito de refrescarse.