Existen en la villa dos grupos organizados de mujeres trabajadoras, artesanas y creadoras. Por un lado están las que se reúnen en la biblioteca, entre ellas Guadalupe, la encargada del espacio, Magdalena, Esperanza, Loli, Yeya y Mónica. Ellas, durante el reconocimiento de territorio en agosto pasado, nos contaron que harían una exposición para finalizar el año y compartir con la comunidad el resultado del proceso. Nuestra llegada coincidió con la exposición y ahí vimos los cuadros en vellón, bordados y esculturas en papel de diario que hicieron. Éstas últimas nos llamaron mucho la atención porque cuando las ves no te imaginas que son hechas de papel.
Por otro lado están las mujeres del centro de madres, entre ellas la Presidenta de la agrupación la señora Kela, Jaque, Elsa, Melissa, la abuelita Elsa, la Cato y Rosita. Entre estas mujeres hay jóvenes, adultas y de la tercera edad. Conviven de la mejor manera, se escuchan y comparten sin prejuicios. Ellas cuentan con un espacio físico hace varios años, ahí se juntan para pensar juntas y decidir que trabajaran cada año. También realizaron una exposición en su centro y este año realizaron diferentes trabajos en vellón, tales como esculturas, tejidos y atrapasueños.
Ambos grupos han mantenido su trabajo en el tiempo con dedicación. Aquí la organización y el aprendizaje autodidacta, horizontal y colaborativo se manifiesta en la práctica, y pudimos ver esto materializado en las exposiciones tanto de las mujeres de la biblioteca como las del centro de madres.
Seguimos conociéndonos, nos acercamos a la biblioteca y al centro de madres, para invitarlas a generar un proceso de activación donde podamos repensar las imágenes que reproducimos. Trabajar por separado, como ellas lo decidieron. No hay reparos de nuestra parte, estamos del lado del hacer y aquí estas mujeres están haciendo.