Es viernes y esperamos a todo sol junto a la sede del Campamento. Llamo a Claudia pero no contesta, y luego a la señora Rosa, quien aparece después de un rato con su pequeña hija y las llaves. Entramos al patio enrejado y luego a la sede del comité de vivienda, donde hemos sido invitados por segunda vez a apoyar la decoración navideña de la sede. Hace un par de semanas en el jardín, Claudia nos pidió ayuda para realizar algunas manualidades y confeccionar decoraciones de materiales reciclados para la fiesta de navidad del Campamento que celebrarán cuando vayan los carabineros a dejar regalos. Desde un inicio intenté establecer algún contacto con el campamento, pero ni siquiera las colegas de Servicio País han logrado en un año involucrar a esta comunidad en las iniciativas de su proyecto, ya que el campamento tiene habitantes que están por temporadas y también rotan con frecuencia o se van a otros lados. Junto a Nueva Esperanza y al lecho del Río San José, el campamento Esperanza 2001 es una puerta de entrada a Arica, un espacio de habitar temporal.
La sesión del viernes pasado se había desarrollado con un poco de timidez y luego caos, pero logramos avanzar bastante, ocupando cajas de huevos, botellas plásticas, cartones y algunos materiales que aportamos nosotros. Era la primera vez que estábamos ahí, conociendo a las jefas de hogar más activas en la comunidad. Hicimos distintos tipos de plegados en papel y decoraciones, con 5 mamás y alrededor de 20 niños. Se nos pasó la hora y terminamos como a las 9 de la noche, con mucho calor y sin agua para lavar las manos o usar el baño. Las ideas para los adornos salieron en conjunto entre nosotros, las mamás y las niñas más grandes, y en base a los materiales existentes: un grupo de hombres de nieve y pinos hechos en caja de huevo, campanas de botellas de bebida, velas de tubo de confort, estrellas de cartón plegado. Algunos niños pequeños pintaron toda la tarde con temperas y los más grandes recortaron y plegaron. Ivo armó un contingente de niños de 4 a 5 años que realizaron un trabajo en línea de producción para hacer pinos y campanas, de forma muy ordenada. Una de las madres que sólo fue a dejar a su hijo para participar, fue interpelada por el resto, quienes le hicieron notar que esta era una instancia de colaboración y no una guardería.
Si bien terminamos la primera sesión con mucho entusiasmo y nos pidieron volver, en esta segunda oportunidad notamos algunas tensiones entre las mamás. El Campamento es un lugar que está en vías de organizarse mediante el Comité de Vivienda y los habitantes están enfocados a resolver temas de primera necesidad, como el acceso al agua y regularización del acceso a luz eléctrica. Aun no se consolida legalmente una junta vecinal, pero el comité de vivienda ha funcionado hasta ahora como la entidad que agrupa y organiza a la comunidad y resuelve conflictos. La directiva del comité ha cambiado hace poco y la comunidad está dividida. Las dos mujeres que tienen almacén en el campamento operan como autoridades y puntos de encuentro para las y los vecinos. En el mismo cerco perimetral de la sede hay una plaza de juegos que se abre solamente los sábados, cuando va una voluntaria de Techo y es solo entonces que el campamento cuenta con un espacio público donde los niños pueden jugar. Entablo una conversación con la señora Rosa, quien está llena de energía e ideas y es actual presidenta del comité. Intento entender la dinámica de este espacio y otros proyectos posibles. Ella me cuenta que debido a los conflictos, a veces de mucha violencia entre los vecinos, no ha sido posible organizar mejor el espacio de la plaza. Hubo antes un sombreadero hecho de malla, pero la anterior directiva lo sacó cuando se fueron y ahora no hay lugar con sombra donde los niños puedan jugar. También me cuenta del problema que genera la droga en el campamento, que es algo que está instalado en toda la zona de Nueva Esperanza. Si no cercaran la plaza, los pasteros se tomarían los juegos. Uno de los mayores puntos de conflicto entre vecinas y vecinos es el tema de la asignación de los sitios, ya que algunos los subarriendan o venden, cosa que va contra las reglas, y esto obstaculiza el proceso que está llevando a cabo el comité.
En esta segunda sesión hemos traído bidones de agua, ya que no hay agua corriente en el campamento. También preparamos una colación para que tengamos más tiempo y las mamás no tengan que volver a casa para la once. Seguimos con la producción de estrellas de cartón plegado y hemos desarmado un árbol de navidad que rescataron de la basura, para convertirlo en coronas de navidad. La señora Rosa se tiene que ir a una reunión de su sindicato, pero quedamos con Claudia y Lisette, para ordenar y cerrar. Está oscureciendo y notamos que se corta la luz en la ciudad, un corte de toda la región, dicen. Tenemos que volver a buscar un colectivo y vemos a lo lejos que ya hay tacos por la carretera. Contabilizamos el trabajo realizado y nos despedimos. El sol ya se puso y ya está todo listo para la fiesta del 23.
Vemos que ya se van conectando los espacios y vemos caras conocidas en el Jardín, el Agro, el campamento. Más tarde conversaremos nuevamente con Claudia en el jardín, para ver si es factible durante el último mes de residencia realizar otras actividades en el campamento.