Esta semana terminamos de construir nuestra escena campesina. En ella hablamos de esta tan recordada actividad del pasado de Nirivilo. Consistía en que algún dueño de fundo invitaba a algún amigo y su gente a participar de la cosecha de su cultivo que luego devolvería con el mismo trabajo realizado en mano de obra. Es una especie de trueque de mano de obra donde además se trabajaba como gesto de cariño y apoyo comunitario.
Hablando de esto es que nació la escena El Mingaco. Ellos recordaban claramente como eran sus ritos, sus costumbres, sus comidas y sus cantos. Compartimos, reímos y creamos en conjunto. Sumamos cantos populares con nuestra cantora Ana Bravo quien también se sumó a la obra.
Esta semana también creamos la escena del agua. Espontáneamente nació como teatro documental donde mujeres iban relatando sus sentires en épocas pasadas a través de objetos de las épocas pasadas. Su relación con el agua se vincula a los hitos que ellas consideraban importantes dentro de la historia ya contada anteriormente. También incluimos material audiovisual donde mostramos videos e imágenes facilitadas por la municipalidad de san Javier sobre el incendio y el terremoto que afectó directamente a la localidad.
En nuestra metodología no representan a un personaje externo a su realidad sino más bien se presentan a ellas y ellos mismos contando sus propias historias, su infancia o la de sus ancestros y trayéndolos al presente. A través de improvisaciones, conversaciones, oralidad y espontaneidad es que fuimos construyendo poco a poco este guion que finalmente toma la forma de la memoria de los habitantes del territorio.
Esta semana el dramaturgo Roberto Cayuqueo del Colectivo Epew fue transcribiendo todos los relatos que habíamos definido en las tardes creativas. Sumado a los escritos que yo había guardado durante la semana. Con todo este material fue armando y direccionando el guion de la creación en conjunto con la comunidad “Soy Nirivilo, relatos de un pueblo”.