Al momento de decidir quedarme más tiempo en el pueblo, sabía que vendrían algunas actividades recreativas y familiares dentro de la programación municipal, pero nunca pregunté por la envergadura de éstas ni su importancia para la comuna.
No imaginé por tanto, que hoy al inaugurarse el Campeonato Deportivo de Pueblos Originarios en Colchane, éste cambiaría totalmente las dinámicas cotidianas de la localidad, dejando de lado la tranquilidad habitual y llevándose de paso, toda posibilidad de avanzar con el proyecto de residencia por al menos cinco días.
Con este panorama en frente, sólo pude observar.
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A este evento en particular asisten agrupaciones deportivas y familias de toda la comuna, además de Pisiga Bolívar, quienes compiten en diferentes categorías y disciplinas dentro del torneo. Me comentan que al igual que ocurre en otros contextos a nivel país, el mayor fervor se lo lleva la competencia de fútbol.
Desde mi mirada externa, tanto del municipio como de la competencia en sí misma, lo más interesante fue presenciar los primeros partidos teniendo en consideración el clima que posee y la altura a la que se encuentra Colchane, y por lo mismo, la resistencia corporal que deben tener los jugadores y jugadoras para soportar las exigencias de cada encuentro. Además las canchas no poseen pasto, sino tierra y piedras sueltas, aumentando el riesgo de accidentes y lesiones. Cuando lo pienso desde ese punto, estas personas me resultan bastante sorprendentes.
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Pasando al tema de la organización, pude comprobar cómo se exige a los funcionarios municipales permanecer en el pueblo por 15 días seguidos para realizar toda la producción del evento, bajo la premisa de que no hay dinero para externalizar dicho servicio, y a la vez se paralizan todas las actividades administrativas del municipio.
Al mismo tiempo, resulta curioso observar cómo se invierte sumas bastante considerables en alcohol para ser consumido principalmente por autoridades durante actos inaugurales y cierres.
No vale el esfuerzo comentar más al respecto.
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Honestamente, no me gusta mucho el deporte, por lo que sólo presencié las actividades durante esta primera jornada, y luego me dediqué a trabajar en algunos pendientes.
Además, resulta incómodo estar en el pueblo con tanta gente. Hay ruido, más basura, electricidad hasta más tarde, y hombres bebiendo en varias esquinas. De hecho, por precaución, se me aconsejó no salir muy tarde del hostal.
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Mientras continúe el campeonato y la incertidumbre que proviene de este escenario excepcional, seguiré con las gestiones para trasladarme fuera del pueblo y avanzar con el proyecto, esperando que las personas a contactar en la ruta uno a uno, regresen pronto a sus labores normales.