El trabajo que planteamos desde un comienzo siguió un trazado que nunca varió, ese trazado ha perdurado por miles de años, la ruta del Sendero de Agua que comienza en la punta norte de Pisagua Viejo, hasta la punta sur de Pichalo siempre ha estado ahí y en nuestro cometido permaneció inalterado. El trabajo planteado establece este recorrido, y lo hemos dividido en tres capítulos, comenzamos por el norte, definiendo el lugar que da nombre a esta propuesta, la base del río Tana Tiliviche, el único lugar que provee de agua dulce a una extensa región del desierto de Atacama, desde la punta contraria, Pichalo, se puede divisar esta desembocadura y que a los antiguos advertía del invierno altiplánico, manchando el mar y llenando la cuenca seca de este río con agua. Los asentamientos chinchorro de Punta Pichalo acudían los meses lluviosos de febrero a abril en búsqueda de este elemento y subían por la quebrada hasta llegar a puntos demarcados con geoglifos, donde con otros pueblos podían intercambiar los distintos productos que extraían del mar. En este recorrido se generó un sendero, el sendero que los surtía de agua, es así que en el medio de este surgió un poblado que fue creciendo en la medida que el recurso líquido iba perdiendo importancia en comparación con el otro recurso, el sulfato, primero el huano y luego el salitre, permitió a Pisagua transformarse en un puerto importante y próspero, la dificultad de su geografía fue utilizada mas tarde como excusa para recluir a comunistas, homosexuales o a contrarios a los ideales instalados, Pisagua se transformó en un buen lugar para la impunidad, lo inhóspito de su costa, el paredón de rocas y el inmenso mar fueron testigos de la brutalidad humana, el puerto ya no era puerto y solo comenzaron a quedar restos, algunos visibles, otros ocultos entre la tierra y el mar.
Pisagua hoy es la radiografía de este país, un país que arrasa con recursos finitos y que va dejando ruinas desoladas, miseria y aturdimiento en un sistema nefasto para la vida, y que utiliza la represión y el odio como herramienta, ese odio y deshumanización es lo que marcó a Pisagua como un campo de muerte hasta hoy, sin embargo, la vida de este lugar es impresionante y sus habitantes lo saben y me lo hicieron saber sólo observando y poniendo atención, el lugar de poca agua está lleno de vida, así fuimos elaborando nuestro plan, separamos al pueblo de Pisagua en tres capítulos: Norte, Centro y Sur, al igual que nuestro país, y compilamos la información en un libro elaborado con relatos, imágenes, trazos y representaciones, este también es nuestro guión, pues todo este exquisito material está siendo montado y editado en una pieza audiovisual, nuestro trabajo ha comenzado a recorrer los 16 kilómetros que separan a Punta Pichalo de Pisagua Viejo, en donde Pisagua se convierte en el centro donde converge un extenso período, y que va saltando en lapsus temporales que nos define social, política y culturalmente. Esta bitácora la terminé de escribir en el asentamiento chinchorro conocido como Pisagua N.