En esta jornada solicitamos una fotografía importante para cada uno, con el fin de habitar relatos de la memoria y el territorio en la época que ellos quisieran. Mucho llegaron con fotos de sus padres, habitantes de los años 1920 de Nirivilo, fotos actuales en espacios del pueblo, oficios antiguos que cada uno fue compartiendo en colectivo. El ejercicio de la fotografía es fundamental para entender sus memorias y como las visibilizan en distintas temporalidades, surgieron testimonios emotivos que quisieron abrir a la comunidad. Terminamos con un retrato de las personas y sus fotografías que archivaremos para algunas de sus presentaciones.
Al final, cerramos con una conversación sobre qué es lo que esperan y proyectan en estas jornadas, resultó ser que quieren hacer una instalación teatralizada donde mostraremos un poco de los relatos que hemos ido visibilizando en estas jornadas.