Este lunes tuvimos una segunda reunión junto a Red Cultura y Servicio País de Arica y Esquiña, para compartir avances y procesos. Carla nos ha pedido que preparemos una presentación para poner en perspectiva los objetivos propuestos inicialmente en este punto de la residencia. Nos juntamos en la mañana en el Espacio 466 con Paty e Ingrid, residentes de Esquiña y los colegas de Servicio País. Presentamos las actividades y revisión de objetivos de ambas residencias, con algunos comentarios y aportes. Para nosotros es útil evaluar el trabajo en este punto, justamente cuando estamos a mitad de camino de la residencia. Junto con un resumen de las actividades que hemos llevado a cabo hasta ahora en la escuela con la pintura del mural y con las apoderadas del jardín, presentamos una revisión de los objetivos iniciales en relación al desarrollo del proyecto hasta este punto.
Vemos que el objetivo inicial ha variado un poco, debido a que los participantes no son el perfil que habíamos inferido a partir del diagnóstico. Tanto el grupo de jóvenes de la escuela G27 como las apoderadas del jardín consisten en personas que en su mayoría no viven en Nueva Esperanza, por lo tanto, no estamos trabajando con “vecinas y vecinos”. Esto mismo ha definido la metodología de trabajo y los espacios de encuentro. Por ejemplo, con las madres del jardín nos podemos reunir en el horario en que ellas van a buscar a los niños, de 3 a 5 pm. Dos de las madres viven en Acha y trabajan en el Agro, por lo tanto, les queda cerca. Otra de las participantes vive en el Campamento Esperanza 2001, que, si bien está ubicado en el mismo sector, tiene una dinámica propia, muy alejada de las juntas vecinales de la villa. Como no estamos trabajando con un grupo previamente organizado, dependemos mucho de los tiempos de ellas y la disponibilidad de espacio. Sucede también que los jóvenes de la escuela que no viven en Nueva Esperanza, no se pueden quedar después de clases para pintar, y otros ayudan a sus padres en el Agro, por lo tanto, nos tenemos que adecuar al horario escolar.
Otro tema que conversamos es como se ha dado la conversación sobre el tema de la interculturalidad. En los grupos con quienes estamos trabajando este tema es esquivo. Los jóvenes de la escuela son reticentes a hablar de sus familias o lugares de origen, y no se consideran abiertamente Aymara. Mientras se desarrolla el dibujo del mural, van saliendo imágenes de paisaje y tradiciones regionales, sin embargo, ellos no hablan de ello. La profesora nos cuenta que los alumnos también han reclamado porque se enseña Aymara, se sienten estigmatizados.
En el caso del proyecto documental sobre el Agro, vemos que el tema de los residentes de otros países y de la cultura del interior comienza a aparecer luego de muchas sesiones de conversación. Las jóvenes madres están en un proceso de consolidación de sus núcleos familiares y economías, y en este proceso está muy presente la asimilación en la cultura chilena como forma de acceder a mejores condiciones de trabajo y vida. Es por esto que las historias de los lugares de origen y tránsitos para llegar a Arica quedan rezagados a la esfera de lo privado. Es mediante las entrevistas a gente del Agro y conversaciones sobre la comida y la agricultura que comenzamos a conocer más sobre sus lugares de origen y familias.
Por último, en lo práctico, hemos planteado una nueva planificación de nuestro cronograma de trabajo, ahora que conocemos el contexto y a los participantes. El mural de la escuela debe quedar listo antes del fin del año escolar, el 14 de diciembre y no sabemos si será posible reunirnos con ellos después. El proyecto documental en el jardín será realizado hasta la primera semana de enero, puesto que el 14 de enero se realiza la licenciatura de los niños más grandes y el jardín cierra después de eso. Inicialmente había proyectado permanecer en Arica hasta la navidad y regresar en febrero para realizar las últimas actividades, pero ahora vemos que en febrero no lograremos congregar, no tendremos el espacio físico y las participantes del jardín estarán dispersas o en otras localidades. Por esto hemos decidido quedarnos hasta mediados de enero en Arica y realizar las últimas actividades (proyección del video en espacio público, convivencia en el jardín, actividad con niños en el Agro, etc.) entre la primera y segunda semana de enero.