Como regalo a los niños de la escuela de La Quebrada de Marchigüe les entregaremos al cierre del ciclo un retrato a cada uno (20×20, óleo sobre tela), para que recuerden el taller de color y la experiencia de estas 9 sesiones.
Mirarse en una pintura es un ejercicio extraño pero sorprendente. Es probable que, a primera vista, los niños de La Quebrada de Marchigüe no se reconozcan en las pinturas, pero algo esencial de ellos está ahí. Esta entrega fue pensada con el fin de que atesoren este recuerdo en sus casas y tengan la experiencia de mirarse a sí mismos representados en una de las técnicas clásicas del arte plástico.
Los retratos que les entregamos están hechos a partir de distintas fotos tomadas entre octubre y noviembre del año 2016.