Y “no hay plazo que no se cumpla, ni deuda que no se pague”… como dice la sabiduría popular, después de casi 4 meses de residencia continua en Villa Alhué estamos ad portas de finalizar el proceso socio artístico en donde vinculamos el arte con el trabajo social y cuyo propósito final fue trazar colectivamente una resignificación y reconceptualización de la realidad local a través de los medios y lógicas que las prácticas del arte permiten. En este sentido el diálogo, la reflexión social, el intercambio de conocimientos en la comunidad y los espacios para desarrollar roles en redes de trabajo nos permitió seguir activando su tejido social, sus redes de apoyo, solidaridad, cooperativismo, colaborativismo y vida en comunidad.
La experiencia de la residencia de arte colaborativo “Paisaje de Conservación en Zona de Sacrificio” desarrollada en la comuna más aislada de la Región Metropolitana nos deja una huella indeleble en nuestros recuerdos y en nuestra historia, no solo a mí en lo personal, sino también a nuestro equipo de trabajo, a las más de 40 personas que participaron de forma directa, apoyando desde la institucionalidad, las organizaciones comunitarias territoriales, sus agentes culturales, la comunidad en general, los perros callejeros de Villa Alhué y el muro del Liceo Sara Troncoso mudo testigo de un proceso colaborativo de arte callejero en donde el agua y la naturaleza es protagonista.
Gracias a Ana, Flavia, Brandon, Santiago, Nataly, Carlos, María Magdalena, Ito, Hipólito, Gustavo, Juan, Josefina, Ignacia, Julio, Ximena, Richard, Duglimar, Romina, Manuel, Cesar, Ana María, Amaro, Darío, Lorena, Juan, Dariela, Aida, Genesis e Ixtus. Gracias a los colaboradores Marisol, Elsa, María Inés, Luis, Omar y Macarena. Gracias al equipo de trabajo conformado por Roxana Vergara como artista de apoyo y Rafael Ruz a cargo del registro audiovisual y video.
Muchas gracias a la comunidad de Villa Alhué.