BitácoraResidencias de arte colaborativo

Residencia: La sed de la tierra Llay Llay, Valparaíso - 2018 Residente: Colectivo YY (Yachachinakuy)
Publicado: 16 de enero de 2019
Devolverle las flores al cerro

En nuestros encuentros de arte y feminismo ha brotado constantemente la imagen de «reforestar», reforestar el entramado social, las relaciones entre mujeres, el territorio devastado. En el transcurso de las últimas semanas hemos ido construyendo nuestra acción final y al mismo tiempo inicial, una instancia que marcará por un lado la finalización de nuestra residencia y, por el otro, inaugurará el proyecto que quieren continuar las mujeres en Llay Llay. Esta acción consistirá en un ritual de mujeres en el cerro, donde realizaremos un círculo de rogativa, meditación y movimiento, como una expresión de liberación de nuestras opresiones y las que sufren los cerros y valles de todo el Akonkawua. Nos hemos organizado para reunirnos entre mujeres de todas las edades y manifestarnos frente a la devastación y la violencia del extractivismo en nuestros cuerpos y territorios. En este proceso de creación comenzamos a confeccionar nuestro vestuario para ese día, observamos los colores de la flor de la Puya (o Chagual) y decidimos que utilizaríamos faldas del tono de los pétalos, en un intento de evocar simbólicamente las flores de las plantas desaparecidas.

Después de una sesión cosiendo nuestras faldas, nos dimos cuenta que sería demasiado trabajo y tiempo, a esto, la mamá de una de las mujeres se ofreció a terminarlas a máquina y pensamos que sería una mejor alternativa. La satisfacción y motivación que sentimos al coser y encontrarnos en la costura nos llamó la atención para crear una obra paralela. Imprimimos la imagen del cerro Alto Llay Llay, el último cerro «libre», cuyos mordiscos de desforestación se evidencian como heridas y comenzamos a devolverle las flores al cerro.

Amaranta

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