Hoy nos levantamos con la sensación que todo el trabajo realizado en estos tres meses finaliza hoy a las 19:00 horas. Si bien aún nos quedan unas semanas en el barrio, sin duda hoy es el cierre de la residencia con la comunidad. Estamos nerviosos, con mucho esfuerzo hemos logrado vincularnos con algunas agrupaciones y vecinos en particular, pero la participación siempre es un reto.
Nos trasladamos a la plaza a comenzar a montar, para nuestra sorpresa a medida que pasan los minutos aparece un vecino con una escalera a ayudarnos, quiere colaborar. Batallamos con el sol, las altas temperaturas y con el viento que amenaza echarnos.
Abajo cualquier intento de decoración que tenemos planeada para la plaza. Pero respondemos con mucho bloqueador solar, agua, gaffer y música para levantar el espíritu.
A medida que pasan las horas van llegando más vecinos y representantes de las agrupaciones del barrio a ayudar, la plaza comienza a transformarse en un escenario lleno de color y música que atrae la atención de los vecinos más cercanos.
Tras la prueba de sonido de la agrupación musical Tierra Mía, una plaza repleta de vecinos curiosos y las palabras de bienvenida de Gerardo, vecino y profesor de la Escuela Entre Cerros, comienza el inicio del fin.
Después de 2 horas y media de actividad no podríamos haber imaginado un mejor cierre de residencia, después de muchos meses de intentar vincular a las agrupaciones y construir un relato en conjunto, se vio en la práctica el poder que tiene el trabajo asociativo. Cuando llegó el momento de ver el tráiler del documental que hicimos del barrio, la emoción se apoderó de los espectadores al ver a sus vecinas y vecinos en la pantalla grande, relatando historias similares a las de ellos. Según las propias palabras de los vecinos, se logró por primera vez algo maravilloso donde no existían límites entre una junta de vecinos y otra, entre una agrupación y otra, solo las ganas de trabajar y entregar un momento de arte y cultura a su propia comunidad.
Enseguida nos trasladamos a la sede Junta de Vecinos El Chañar, a disfrutar de una cena en conjunto, emoción se percibe en el ambiente y entre los vecinos y parte del equipo de Mundo Libre, este final se siente como un comienzo, creemos que si esta fuera una residencia más extensa, recién en este punto comenzaría el trabajo asociativo y colaborativo real. Pero por otro lado es importante dejar que las propias comunidades se apropien de las herramientas y de los procesos que como colectivo iniciamos. Tenemos esperanza que tras nuestra partida los vecinos rescaten el trabajo colaborativo como una forma de hacer comunidad.