“La pintura haitiana beberá la sangre del ave fénix. Y, con las charreteras de Dessalines, ventilará el mundo”
André Breton, libro de visitas del Centre d’Art d’Haïti, 1945
Georges Liautaud (1899-1890) fue herrero y reparador de ferrocarriles para la Industria Azucarera Haitiana-Estadounidense. Fabricaba cruces de hierro forjado para el cementerio, y gracias a ellas, fue descubierto en 1953 y alentado a unirse al Centro de Arte de Haití. Su obra nacía de la recuperación de tambores metálicos y latas, que cortaba para crear siluetas de inspiración vudú. La fuerza de sus esculturas generó un nuevo movimiento de escultura en hierro que ya es parte de la tradición haitiana.
Todo esto no lo sabía hasta hoy, después de que encontráramos navegando por internet, una familiaridad entre las obras de Liautaud y un dibujo que realizaron ayer los participantes de la segunda jornada creativa junto a la Agrupación de Haitianos de Llay Llay. En esta segunda instancia, reutilizamos un lienzo de tela negra para crear imágenes a partir de la relación entre cuerpo y territorio. El primer dibujo se pintó intuitivamente y de forma colaborativa, mientras nos turnábamos para hacer algunos ejercicio de cámara y sonido. Algunos hablaron de una bailarina, que luego vistieron con una túnica, dejando solo su ombligo/ojo al descubierto. El curioso resultado representaba la figura humana al mismo tiempo que desafiaba los límites del cuerpo físico (kòen creol). La bailarina bailó para la cámara y se convirtió en la primera imagen tangible de este proceso de creación, un cuerpo colectivo para representar este territorio transfronterizo del cual somos partícipes.
El descubrimiento de Liautaud y otros artistas haitianos fue revelador para nosotras, todavía muy ignorantes respecto al imaginario de su cultura, y nos impulsan a seguir profundizando en este proceso de colaboración.
“Liautaud es ante todo haitiano, y ningún otro artista se ha sumergido más profundamente en el alma del Haití negro. Los otros artistas nos ofrecen un mundo superficial, pero Liautaud mira hacia adentro, ya que a través de sueños y visiones, transcribe imágenes de lo no dicho y lo invisible (…) su arte se basa en miedos y las supersticiones del campesino haitiano, sobre su inmensa fuerza vital y sobre su sentido del humor, salvaje y vigoroso”.
William Grisby, extracto de Donde el Arte es Alegría por Selden Rodman (traducido)
Tamara