Toda mi vida me ha apasionado la historia y la geografía, desde muy niño que alucino con la arqueología y la alfarería, mis primeros acercamientos fueron durante los años 80 mientras el afamado arqueólogo Lautaro Núñez desenterraba una familia completa de Gonfoterios a orillas de la otrora Laguna de Tagua Tagua. Durante mi trayectoria me leí todos los libros, tesis e investigaciones relacionadas con la historia de mi pueblo, la memoria sobre mi territorio y en especial la alfarería Bato Llolleo y posterior Aconcagua que dominó los valles del Chile central y sus cursos de agua.
Nunca escuché hablar o leer sobre el bien conservado Pucará de Talami, fortificación Inca que nos recuerda que esta cultura dominó los valles y montañas circundantes para explotar el oro de sus vetas…nunca vi un sitio con tal semejanza a los ensambles perfectos de las piedras de Machu Picchu… ¿Que tecnología utilizaron para tallar esas monumentales rocas? ¿Como las llevaron hasta esa altura? ¿Porqué el sentido de su orientación? …muchas preguntas y pocas respuestas.
En mis registros solo estaba el Pucará de Yaquil, uno de los más australes del Imperio Inca, Charles Darwin lo describe cuando realizó una expedición desde los valles de Santa Cruz hacia la extinta Laguna de Tagua Tagua, fortificación que hasta el día de hoy se encuentra perdida.
La montaña Talami seguramente fue un sitio sagrado y fue habitado por distintas culturas a lo largo de la historia, mudos testigos son sus petroglifos de carácter antro y fitomorfos, los cuales nos recuerdan muchísimo al estilo Aconcagua. La comunidad se siente orgullosa y guarda con recelo estos tesoros arqueológicos para no difundir las locaciones y evitar así el posible deterioro producto del turismo, en buena hora.