Al comenzar esta semana hicimos un balance de los proyectos planteados a desarrollar en la residencia y lo que tenemos que hacer, nos hemos estado vinculando a personas del barrio y también gente que ha tenido experiencias en el barrio que nos gustaría sumar a la propuesta. El barrio no es un límite en sí, es una flor que se expande e ilumina con su color variados espacios.
Estamos hilando nuestras posibilidades y estamos esperanzados en lo que puede suceder. Las luces iluminan el camino y nosotros creemos que podemos hacer más y mejor. Aunque a veces lo propuesto difiere de lo posible. Seguiremos intentando que esta residencia sea todo lo que planeamos de ella.