El diseño del fondo del mural se definió en conjunto a la comunidad luego de la selección de una propuesta de bocetos que realicé, la idea que se impuso fue la de graficar el valle de Villa Alhué visto desde las cimas del Cordón de Cantillana, teniendo como centro del diseño la silueta de la montaña Talami. Junto a la comunidad definimos que las laderas norte de los cerros se pintarían con colores mas amarillentos, ya que, son laderas más secas y las laderas sur de tonos verdes, laderas donde habita el bosque esclerófilo.
Luego de marcar por sectores según el ángulo que nos permitió la proyección de data show, decidimos alargar el diseño en función de las líneas principales, todos con lápiz y sacapuntas en mano, ya que la porosidad del muro rompía fácilmente las puntas de los lápices. Entre varias manos fue tarea fácil y sobre la marcha se definieron los espacios destinados al agua, para rememorar el río Alhué. Todos aportaban ideas y de forma comunitaria íbamos definiendo detalles de los fondos, por ende, el proceso fue rápido. Hasta que llegó el ansiado momento de colorear el mural, para este proceso definimos roles de trabajo en parejas bajo la atenta ayuda y guía de Nataly y mia. Todos disfrutamos este hito del proceso, ya que, de cierta forma fue como dar el vamos a la creación y producción de la obra. Producto de la buena onda, la buena energía y los resultados obtenidos en las jornadas de trabajo que se extendieron de 3 a 4 horas, comenzamos a rematar las jornadas en nuestra casa, con un tecito o café, buena conversa y evaluación de procesos.