Nuestros amigues de Llay Llay nos invitaron a conocer la Quebrada del Maqui, hace mucho tiempo nos contaban de este lugar mágico donde se pueden ver distintos animales y especies de flora nativa. Pasado la cuesta Las Chilcas, subimos caminando a la línea del tren, atravesamos un túnel y llegamos a la Quebrada, un lugar silencioso y calmo. Al llegar, avistamos rápidamente dos tucúqueres durmiendo sobre un frondoso peumo y decidimos que esperaríamos al anochecer para registrar sus sonidos cuando despertaran. Las formaciones geológicas que albergan el lugar contienen una gran cueva por la cual en tiempo de lluvia pasa agua, un largo túnel por donde atravesaba el refrescante viento -viento.
Sintiendo el tiempo detenido estuvimos todo el día observando y escuchando los recovecos del Maqui, por un día habitamos a los ritmos de nuestra naturaleza.
Amaranta