Hoy a medio día me pasó a buscar a mi casa en San Vicente de Tagua Tagua mi amigo Rafael Ruz, pintor y audiovisualista de mi pueblo quien hará el registro de fotografía y video de la residencia. Luego de cargar todas las cosas necesarias nos enfilamos rumbo a Villa Alhué, un pequeño pueblo al sur de Melipilla en la Región Metropolitana. Durante el viaje fue inevitable reflexionar sobre la contingencia nacional, de como el sistema neoliberal sistemáticamente a través de estos 30 años a hecho agonizar la salud y la educación pública en pos del negocio de la salud y la educación privada, esto unido a la corrupción, la colusión, de cómo en Chile se encarcela la pobreza y de cómo las fuerzas armadas violan sistemáticamente los derechos humanos…concordamos que lamentablemente algunos de estos compatriotas son el fruto de la mala educación pública de nuestro país, atraídos por algunos “privilegios sociales”, sumado a que durante su instrucción quienes forman en derechos humanos son chilenos pro dictadura, pro “mano dura”…mientras vemos el bello paisaje condenado por la sequía unido al saqueo del agua por el monocultivo de cereza y uva, se me caen las lágrimas de impotencia de ver como se degrada la tierra y de como la población inmigrante “la neo esclavitud” llena los campos de flores bordadas por peruanos, bolivianos, dominicanos, venezolanos, colombianos y haitianos viviendo y trabajando en pésimas condiciones.
Sentimientos encontrados, pena, indignación, frustración, pero a la vez esperanza en la tarea que nos convoca y a la que vamos a más de 100 km por hora. Instalarse en un nuevo territorio, en una comunidad aislada, perdida en la confluencia de dos valles en la cordillera de la costa, con imponentes paisajes que superan los 2000 metros de altura. El territorio tiene seis áreas silvestres protegidas, dos monumentos nacionales y fue declarado zona típica. Villa Alhué data de 1775 su fundación española, pero desde tiempos precolombinos estuvo habitada por la cultura Bato LLoleo y posteriormente la llegada de los incas atraídos por las grandes vetas de oro y plata…metales que hasta el día de hoy la codicia humana explota a través de la megaminería instalada en la zona, cuya comunidad es la que sufre sus impactos, como es el caso del polvo en suspensión en la comunidad El Asiento, los relaves de la mina El Teniente que a través de un kilométrico tubo deja caer sus desechos en el sector del Embalse Carén. Es cosa de ver googlemap para visualizar la magnitud del ecosidio en la zona, que unido a los pesticidas del monocultivo están contaminando las napas subterráneas de agua y el aire del territorio.
Durante casi dos horas de viaje reflexionamos y les conté a Rafael y su polola la pintora Macarena Vergara la información que recopilé sobre el territorio con el objeto de contextualizar las bondades, carencias, conflictos, paradojas, abundancias y lo que la comunidad me trasmitió durante las 3 visitas anteriores a Villa Alhué, ocasiones en donde coordiné la residencia junto a dirigentes sociales, actores culturales y funcionarios municipales a quienes literalmente estrujé con preguntas cual periodista en pos de situarme y comenzar a habitar el territorio y su imaginario colectivo