El 15 de noviembre del 2019 llegamos junto a Rafael y Macarena al territorio asignado en la Región Metropolitana para emprender un nuevo desafío en donde se puso a prueba de fuego nuevamente nuestra experiencia, paciencia, valor, coraje, temple, tenacidad y personalidad…esta vez en el apacible y aislado pueblo de Villa Alhué. Mis primeras impresiones de la calma y apaciguada vida de pueblo pequeño, fueron transformándose cuando comencé a conectar con su comunidad, con sus dirigentes, lideres, y los comprometidos y entusiastas jóvenes de la Brigada Serigráfica Promaucae, quienes me adoptaron en una especie de hermandad fraternal por un fin y una causa común…” las aguas libres”.
Nos sentimos honrados, orgullosos y privilegiados de haber conocido, conectado y trabajado con un grupo humano hermoso de altruistas, soñadores amantes de su medio ambiente y comunidad, anti sistémicos, anticapitalistas y antifascistas. Para nuestro equipo de trabajo fue un tiempo precioso para aprender, compartir y nutrirse de las bellezas simples y efímeras del paisaje, la de disfrutar largas conversaciones sobre nuestras labores y funciones en la vida, en nuestro territorio y en el momento histórico que vivimos como país, las problemáticas del territorio, las abundancias y carencias. Fue un tiempo de crecimiento, un tiempo para volver a reencantarse con las luchas personales que son las que nos mueven día a día a agitar conciencias, motivar, convocar, organizar, trabajar en red, trabajar con roles y funciones estratégicas para que cada pieza de este engranaje funcione y se retroalimente con las experiencias colaborativas.
Este registro audiovisual que presentamos fue hecho con la mejor energía, durante estos cuatro meses Rafael viajó desde San Vicente de Tagua Tagua los viernes y sábados, a veces también domingos para registrar, el resto de los días lo realizó Roxana o yo cuando podía. De igual forma creamos un banco de imágenes aportadas por la propia comunidad que también fueron usadas en este registro audiovisual tanto fotográfico como de video. La post producción duró un mes y fue hecha en cuarentena, Rafael cada cierto tiempo venía desde Requegua a mi casa en San Vicente de Tagua Tagua a dejar en un pendrive que meticulosamente me pasaba a través de la ventana, previa desinfección con un paño…la contingencia nos tuvo ajustando detalles del video vía whatsApp hasta que salió humo blanco gracias a las correcciones de María José desde el otro lado del océano.
El 15 de marzo pasado dejé el territorio de Villa Alhué con una sensación de sentimientos encontrados, por una parte feliz de haber vivido y disfrutado con el proceso de creación y producción colaborativa del mural “El Bosque Esclerófilo es Sagrado”, pero por otro lado con impotencia y angustia al saber que se seguirá rompiendo el Cordón del Alto Cantillana para sacar oro de sus entrañas, se seguirá cortando el bosque esclerófilo para abrir terrenos cultivables, seguirán robando el agua indiscriminadamente para regar las grandes plantaciones de monocultivo y satisfacer la producción minera de la zona, se seguirá llenando el embalse de Carén con residuos tóxicos de relave de la minera El Teniente, poniendo en peligro la vida del valle, se seguirá depredando sin vuelta atrás ?…
No todo está perdido, tenemos que luchar por la única esperanza…una nueva Constitución que resguarde nuestros derechos humanos básicos para poder vivir y crecer con equidad social protegiendo los recursos naturales y su uso sustentable…Marichiweü.