Una tarde calurosa en Copiapó, rimas y ritmos, abrazos afectuosos y uno que otro brebaje helado para levantar el espíritu y combatir el calor, por otro lado la tristeza y la nostalgia se sentía en el Parque Pretil el pasado sábado 11 de Noviembre. Es el vacío que dejó la muerte de un joven activista y músico del barrio Colonias Extranjeras, al fallecer hace ya unos años en un accidente automovilístico. Sus amigos del barrio y compañeros artistas lo recuerdan de la forma que saben, con música, intentos de break dance y un micrófono abierto para quien se atreva a rapear. Son pocos los valientes.
La familia se acerca, la madre saluda a parte de los jóvenes afectuosamente, otros sólo miran desde lejos. Como colectivo conocemos la historia relatada de su propio padre Leo Casanga, quien nos recibió en su casa y nos contó cómo la muerte de su hijo cambió su vida para siempre, no solo por el dolor que significó su partida, si no porque después encontró un refugio a través de la música y el baile, así como su hijo lo hizo en algún momento.
Nos encontraremos nuevamente con don Leo Casanga.