En agosto del año pasado, tuvimos la oportunidad de conocer a Mayra, quien pertenece a la agrupación de mujeres migrantes de Lampa (AMULAM). A través de esta agrupación busca prestar apoyo a las mujeres que llegan al territorio provenientes de distintos puntos de Latinoamérica. Según nos comenta Mayra, en este momento son un grupo de alrededor de 45 mujeres, se reúnen cada sábado en Lampa. La agrupación fue creada para prestarse apoyo mutuo, facilitar redes entre mujeres migrantes, realizar talleres de arte y oficios, entre otras. Para todo esto ha sido muy importante el trabajo de Rosa, quien a través de la oficina de migraciones apoya y participa muy activamente de la agrupación. Por otro lado Mayra nos señala que es compleja la integración de los migrantes en Lampa y que en variadas ocasiones se han sentido discriminadas. En una conversación que tuvimos con ella en enero llegamos a la conclusión de que ya no es tiempo de callar frente a las injusticias y que es el momento de expresar su relato, de contar su narrativa sobre la migración. Fue así, que les propusimos el trabajo de cartografías textiles con el fin de expresar sus memorias a través de una forma creativa, que en este caso es el bordado. Cabe destacar que este trabajo será realizado en forma de brigada textil, confluyendo con la línea de estudios de memoria que estamos comenzando a trabajar en el territorio.
El viernes finalmente fue el día elegido para comenzar, Mayra difundió el encuentro a través de las redes sociales de la agrupación y llegaron 4 mujeres a participar. Comenzamos con conocernos, relatar cada una algunos hitos de nuestras biografías, ahondando en el cómo y porqué habíamos llegado a Lampa. En ese contexto cada una dibujó su autorretrato y a través de un trabajo de mapeo emocional cada una eligió una frase o palabra que la representara en ese momento, para bordarla en una tela. La mayoría no sabíamos bordar así que tuvimos que aprender desde cero. Ana Karina quien tiene los conocimientos textiles y quien guiará el trabajo de brigada, comenzó pacientemente a enseñarnos. Toda la experiencia fue muy interesante y grata, cada una con edades e historias distintas, pero inmediatamente se generó una gran complicidad entre todas y sobre todo muchas ganas de continuar con la cartografía. Nos retiramos satisfechas, esperando ya la próxima sesión para seguir aprendiendo, investigando, conociéndonos y ampliando las redes entre mujeres.