El pasado jueves nos reunimos varias vecinas y vecinos de todas las edades para hacer un recorrido por la zona de Lo Castro, aledaña al Patroncito, registrando con diversos medios (papel y carboncillo, cámaras de foto, grabadoras de audio) las impresiones que fueran surgiendo en el proceso. La actividad resultó muy bien, la comunidad de estación Colina conectó con el sentido de la deriva y se apropiaron activamente de los medios de registro. También se sumaron nuevas vecinas al equipo de co-diseño y pudimos visualizar algunos de los tránsitos locales en el paisaje y en las dinámicas sociales que han ocurrido en las últimas décadas, de forma situada y encarnada.
En el transcurso de la deriva nos fuimos deteniendo en algunos puntos que vecinxs fueron asociando con la memoria rural y ecológica de Estación Colina. Por ejemplo, en un punto cerca del puente Cacique Colin, Don Gustavo reconoció el lugar donde hace algunas décadas brotaba agua dulce y potable que la comunidad utilizaba de forma diferenciada a aquella agua que proviene de pozos, canales y esteros, evocando con esto dos dimensiones perdidas en el habitar social actual: el de la libre circulación y el del acceso común a bienes elementales. También pudimos conversar respecto de antiguas faenas productivas de Estación Colina, como fueron las lecherías, de cuya existencia aún hay vestigios memorables, como los altos molinos de agua y viento (bombas eólicas para extracción de agua) que rodean al sector del Patroncito, dando a este un semblante ruinoso y quijotesco. En el camino también comentamos respecto de las actuales faenas productivas que se toman el territorio de Lo Castro, asociadas a packaging, bodegaje, desarrollo agropecuario a baja escala, mecánica, centros de eventos y comercio local.
Por otra parte, las nuevas vecinas que se integraron al equipo nos aportan memorias y miradas de migración, ya sea por motivos económicos o políticos: con ellas pudimos relacionar algunos paisajes de la deriva con otros paisajes de Abya yala, concretamente de Argentina y Venezuela. Los niños también siguen imaginando junto a Ana Karina la próxima convocatoria y ciclo de brigada textil a realizarse en marzo, mientras que con las vecinas que están desde el comienzo en el proyecto Nicolás sigue perfilando una agenda poética y política en relación a la temática del agua. Además, los registros que resultan de esta deriva se irán complementando a los respectivos registros que se produzcan en las derivas por Villa Esperanza y el Patroncito, para nutrir el archivo de memoria a cargo de Carolina, Olga y las demás vecinas activas en esa línea de trabajo.