En estos últimos dos días nos hemos dedicado a comer, dar abrazos gordos llenos de cariño, despedirnos de esta increíble naturaleza y comenzar a hacernos la idea de este período de nuestras vidas esta por terminar.
Nos juntamos con las primas de Villa Elisa, con quienes recordamos lo que hemos hecho juntas, comimos kuchen y al irnos nos entregaron unos regalitos hechos por ellas con materiales de reciclaje. También nos reunimos con nuestros amigos de la organización medioambiental AVES; tuvimos nuestra última convivencia con las niñas, niños y profesoras del jardín; nos reímos y tuvimos reflexiones profundas sobre la localidad, la comunidad y la importancia de la naturaleza con René Yefi; y dimos la última vuelta en bicicleta con Omar.
De videos y cierres abiertos.
Esta última entrada la escribimos ya pasados dos meses desde que partimos, viviendo un poco de gitanas, donde Ensenada fue resultó nuestro último hogar. Parece mucho tiempo, sumado a que por estas fechas en Chile, post 18 de octubre, cada semana, cada día, es una enormidad.
Volvemos a revisar la bitácora y los videos resumen que acompañan este post. Nos detenemos en las sensaciones iniciales. Una mezcla de las expectativas de la residencia que se vieron impactadas por los miedos que acompañaron nuestra instalación en el territorio. Toques de queda, incertidumbres y esperanzas.
Volvemos a una conversación con René Yefi, verdadero chamán, quién nos supo recibir y ubicar: “su presencia acá es necesaria, y si no están los recursos me encargaré de apoyarlas con lo que necesiten”. Nos da vuelta esta frase, pensamos en lo importante de este programa, del aporte que significa, para la comunidades, para nuestro desarrollo como artistas y profesionales interesadas en ser un aporte a la transformación social, y finalmente para la comunidad cultural que poco a poco está integrando este nuevo quehacer como parte de su accionar creativo y social. Un paradigma cada vez más importante, que convoca a la integración de saberes y haceres.
Experimentamos un proceso creativo lleno de emociones, en donde las experiencias cotidianas, la naturaleza y su perfección, el compartir y la esencia del lugar fueron las razones para crear y reflexionar sobre el pasado, presente y futuro. Esta experiencia logró abrirnos nuevas preguntas y reflexiones en torno a la importancia de las interacciones humanas y nuestra interacción con la naturaleza. En relación a esto, consideramos los proyectos desarrollados comprometidos como operaciones políticas y artísticas, no simplemente como gestos éticos y/o estéticos. Comúnmente se habla de la relación triangular entre el artista, la obra y el espectador, en donde encontramos a un experto, un objeto inmaculado y un observador pasivo. Gracias a la residencia, todxs lxs que fuimos parte de ella, construimos y nos construimos juntxs. Porque no decirlo, ya que el arte colaborativo nos ha empoderado, logramos transformar el triángulo pasivo y recibimos con los brazos abiertos y despiertos la complejidad de todas las figuras y formas para deconstruir y construir y deconstruir nuevamente algo mejor.
En esta última entrada queremos compartir los videos resumen de las actividades más importantes, las realizadas junto a las instituciones educativas, Escuela Epson y el Jardín Infantil Murtitas, como también las acciones territoriales, archivatones y malón. Como equipo tratamos de darle un sentido educativo a los videos. Esperamos que ayuden a seguir levantando ideas, reflexiones y preguntas, más que disponibles a quienes llegan a leer estas palabras a que nos contacten, esperando que estas prácticas crezcan y nos sigan fortaleciendo.
Gracias a toda la equipa de este hermose programa <3