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Residencia: Texturas de Volcán Puerto Varas - Ensenada, Los Lagos - 2019 Residente: AColectivo
Publicado: 13 de enero de 2020
MALÓN CULTURAL VECINA: CONCLUSIÓN DE LA RESIDENCIA

Montaje y espacios

Estuvimos todo el viernes montando en la escuela. Dalila, directora de la escuela, nos facilitó todo el hall de entrada y casino, un espacio muy amplio y cómodo, más allá de lo esperado. Nos sentimos agradecidas desde ya, sabiendo que este gesto de confianza de parte de la escuela y su directora  nace de lo realizado previamente con el trabajo con sus archivos y la creación del micro museo.

Distribuimos el lugar de la siguiente forma:

 

 

¿y la música?

Para hacer del malón un evento más rico y entretenido, llevábamos varios días averiguando por algún músico local, hasta que dimos con Ulike Zippelius, ensenadina oriunda de Alemania y ¡apoderada estrella!. Confirmó su participación con una dupla de cuerdas. Además invitamos a nuestros compañeros de las residencias de Puerto Octay, ambos músicos, quienes tocaron varias temas. También se sumó Sebastián, artista en residencia de San Pedro, que desde que llegó nos apoyó en todo.

 

GRAN MALÓN VECINAL: LLEGÓ EL DÍA

Tocar con amor

Empezaron a llegar las personas desde temprano (HUFF!), primero lxs niñxs para el taller con Omar y las chicas de las diferentes comisiones y del baratillo. El espacio se llenó de colores, movimiento y música, la escuela se transformó en un museo vivo y orgánico. La entrada del recorrido comenzaba con archivos de la escuela, libros de registros y fotos de promociones pasadas, seguido por antigüedades locales, herramientas y fotos antiguas de Ensenada aportadas por las primas de Villa Elisa. Luego, un mapa creado por las niñas y niños del taller de arte y naturaleza  junto a un gran telar de Omar. Después,  una pequeña mesa aportada por Joyce Holzapfel que recreaba una del café del Gran Hotel Ensenada, esto último fue un hermoso gesto siendo el hotel uno de los lugares más emblemáticos de la localidad.

Luego, expusimos una gran tela dibujada por los niñes del jardín, y al costado,  instalamos el microcine Texturas de Volcán, una sala de clases condicionada especialmente como cine, oscurecida, con proyector y amplificador de sonido, sillas y colchonetas para niñas y niños. En este proyectamos una versión más simple de los videos sobre los archivos de la escuela, archivatones y club Zorros Astutos.  Ahí las vecinas y vecinos se vieron, y terminaron de entender las diferentes acciones de la residencia, logrando comprender la complejidad del trabajo colaborativo y además levantar una reflexión emotiva sobre la riqueza de las identidades de Ensenada. Nos apoyó en esto último Victoria Giesen, amiga cineasta que pasó a visitarnos y quien se preocupó de que el espacio tuviese la apariencia y técnica de un verdadero cine, con amplificación y espacios cómodos para observar la proyección. Un regalo de visita!

Los visitantes comenzaron a llegar, dudosos de si se podía o no tocar, de ahí la idea de las profes de sumar un letrero improvisado “TOCAR CON AMOR”, para invitar a manipular los objetos expuestos, siendo así una museografía VIVA y confiada, dando la importancia no al objeto sino a su observador-activo.

 

Palabras de bienvenida y música en vivo

Se acercaba la hora de almuerzo, llegaron las músicas y estaba todo listo y funcionando a un ritmo natural. Así, para dar paso a la presentación musical, aprovechamos un poco improvisadamente de dar unas palabras. Invitamos adelante a todas y todos quienes aportaron en la residencia, y organizaron el malón. Fue un momento muy emocionante… ver a todas las personas reunidas, contentas y orgullosas de haber hecho posible este espacio de reunión, tan necesario y escaso, considerando además que la comunidad está pasando por un proceso complejo, donde saben la necesidad de contar con lugares de encuentro.

Luego vino la música, un dúo de música clásica, que nos llevó a todxs a un silencio y conexión profunda. Las músicas estaban contentas con la posibilidad de compartir lo que están haciendo y el poder hacerlo en la escuela y para la comunidad les llenó de sentido.

También tocaron música los amigos artistas de la residencia de Puerto Octay. Al verlos, Martina, adolescente de la Villa Los Volcanes, quien hace días nos dijo que quería cantar y quien había estado indecisa durante toda la mañana, se decidió y se sumó.

 

Comida colectiva 

La  gran mesa estaba cubierta ya de comidas varias, llegó de todo. Frutas picadas, kuchenes (comida típica y riquísima), panes, salsas, y una orden de humitas para todas y todos. Ver los objetos, las ropas, las obras expuestas, junto con la comida nos llenó a todas las organizadoras de emoción, todo lo conversado, planificado, coordinado y soñado estaba ocurriendo.

En uno de los momentos en que había un grupo comiendo y conversando apareció Martín, uno de los niños que estuvo en el taller de Omar, caminando por el centro del malón poniendo en acción la marioneta colectiva que habían creado durante la mañana. Aplausos y asombro generó la creación.

 

Compartir desde el cariño

Al comenzar la residencia, luego de conversar con todos y todas con quienes pudimos compartir, llegamos a una conclusión, queríamos que esta residencia tuviera que ver con el cariño, con abrir espacios amorosos de encuentro para apoyar la construcción de confianzas desde otros tipos de complicidades. En ese sentido, el malón fue justamente esto. Convocar a la comunidad a encontrarse con su historia material a través de objetos llenos de memoria, y todo esto dentro de la escuela, el lugar más importante en Ensenada, se transformó en una invitación imposible de cuestionar y abanderar. Vimos reunidos a todas y todos con quienes trabajamos, y además a las diferentes personalidades importantes de la comunidad que por algún motivo no se sintieron llamados en otras instancias. La fuerza de la curiosidad mezclada con buenas intenciones, en conclusión, fueron la clave de la buena acogida de este encuentro.

Estamos contentas, creemos que las decisiones que tomamos fueron las indicadas. Nos cuestionamos permanentemente cómo hacer presente los sentidos políticos de todo lo que estamos viviendo como país, ejemplificadas en nuestras acciones. Y fue justamente eso, las acciones, las que definieron y ejemplificaron el hacer de esta residencia.

 

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