Corrían los primeros días de esta residencia, ya habíamos conversado con varios de los principales exponentes del arte y la cultura local. A través de la biblioteca, pudimos conocer el trabajo del Bibliomóvil y la historia de vida de Walter Vélez, el encargado del programa. Bibliomóvil es una colaboración público privada entre la Biblioteca Municipal y la industria lechera de capitales neozelandeses Manuka. Esta industria opera hace algunos años en la comuna, por lo que a través de un proyecto de “Responsabilidad Social Empresarial”, se adquirió una camioneta y un catálogo de libros bastante bueno para niños y adultos. El Bibliomóvil funciona a cargo de Walter Vélez en horario regular, realizando semanalmente una itinerancia por los principales centros poblados de la comuna.
Walter nos cuenta que él lleva tres años viviendo en Puerto Octay. Al conocerlo uno inmediatamente identifica que el acento no es chileno. Le preguntamos de que país provenía (si era colombiano jajaja) y nos cuenta que es de Venezuela, de los alrededores de Maracaibo. Resulta que, buscándose la vida por el mundo, un amigo venezolano que se había radicado en Chile lo invita, luego su hija se viene y lo convence finalmente de venirse a Chile.
Concretamos una salida a terreno con Walter en el Bibliomóvil, un día miércoles, que toca ir al pueblo de Las Cascadas, a 35 km aprox. de Villa Octay. De ida en el auto nos comienza a contar su historia: Walter llegó directamente a Puerto Octay. Si estuvo en Santiago fue para aterrizar e instalarse, pero a los pocos días ya estaba en el sur. Vino del mundo Global, directamente a Puerto Octay.
Walter es un académico de tremenda trayectoria, tanto en su país natal como en otros países, principalmente España. Tiene una licenciatura en educación, magister en ciencias políticas, doctorado y posT doctorado en la Universidad de Valencia, España. Todo relacionado con la administración pública, la ciencia política, la participación y la paz social. Cuando nos comienza a contar toda su historia y cómo fue pasando de un momento a otro en su vida, es inevitable emocionarse y pensar en por qué gente como él deben salir de su lugar de vida, salir de su raíz de manera forzada, porque tal o cual sistema o régimen político o económico así te lo impone. Así la cosa, nos comenta que lleva trabajando más de un año, que primero estuvo trabajando en el museo el colono y luego en la biblioteca. Al saber todo esto, resulta difícil no pensar que la comuna no puede desperdiciar todas las capacidades que este ciudadano del mundo posee.
Llegamos a la sede comunitaria de las Cascadas, de inmediato se reconoce el cariño que la gente le tiene a Walter. Todos lo conocen, lo saluda todo el mundo en el pueblo y cuando se instaló con sus repisas y góndolas con libros, ya habían personas esperando para ver que ofrecía el Bibliomóvil ese día. Niños, adultos, dirigentes sociales, vecinos de a pie y nosotros, todos conversando en torno al mundo de los libros: autores, obras universales, cosas para niños, editoriales, etc. Las personas del pueblo se notaban con mucha motivación y entusiasmo, la relación de Walter con niños y jóvenes es muy cercana. Sin duda el programa y su encargado significan un tremendo aporte para el futuro de la cultura en toda la comuna.
Al regresar a casa, habíamos constatado que estuvimos encontrado un tremendo aliado en este proceso de desarrollo cultural y que a la larga también se convertiría en un gran amigo.