Las caminatas siguen de a poco.
Ya conocemos gran parte del pueblo y ciertas rutinas. Algo que conocimos hoy y que salió por casualidad desde la organización y conversación de una caminata futura con Jorge, fue la parte del pueblo en donde este se originó, al otro lado del estero, por donde está la iglesia.
San Pedro de Alcántara es bastante aclaratorio de lo que significa ser pueblo y también ser Zona Típica declarada, por decreto Nº 11 en 1974 y decreto Nº 390 de 1996 que fija los límites, carentes en el decreto anterior.
Hay una línea observable que divide la parte del pueblo que fue declarado por el Consejo de Monumentos y la que no. La arquitectura es muy distinta y su organización urbana también. La parte de declaratoria está claramente organizada en forma de damero y la otra tiene una estructura más espontánea o “desordenada” como dicen algunos por acá.
Este tipo de observaciones dichas acá por todes, y nos incluímos, hacen de este lugar un fuego constante, ya que se mira a sí mismo permanentemente. Se estudia a sí mismo.
Hay preguntas y cuestionamientos que nosotras vamos escuchando constantemente; “ya no quedan jóvenes en Alcántara”, “el bosque es sólo pino y eucaliptus”, “en este pueblo no pasa nada”, “me quiero ir”, “no me voy por nada del mundo”, “la ciudad me molesta”.
A la vuelta de la caminata pasamos por la casa de Selma, ella participa del Taller Laboral junto a otras mujeres y conversamos sobre las formas de hacer de antes.
Esquilar, lavar, secar, hilar y tejer la lana. Trenzar la paja, modelar la arcilla, preparar los adobes. Los tiempos industriales y la desaparición de los oficios. El poder del trabajo de la mano y lo agotador que eran todas esas faenas.
Entre el andar y el charlar van apareciendo materialidades locales, palabras repetidas, conceptos de importancia que significan el habitar para la gente de acá y también para nosotras.
Se van articulando, aún entre líneas, coincidencias e ideas para levantar colaborativamente.
Ya pronto saldremos juntxs a caminar y a mirar estos territorios desde arriba, a ver qué nos dicen esas alturas.