BitácoraResidencias de arte colaborativo

Residencia: Central recolectora Cecrea - Valdivia, Los Ríos - 2019 Residente: Mariana Catalina Carrasco Ruiz
Publicado: 31 de enero de 2020
Método y encuentro

Nos juntamos a darle una vuelta a las dos jornadas comunitarias que ya habíamos tenido y a la serie de encuentros más personales con dirigentas y vecinxs como para rumear la información  que nos estaban arrojando esas experiencias así que por harto rato estuvimos dándole al mate y tratando de entender para dónde va la cosa y cómo podemos facilitar el diseño conjunto de este proyecto hasta ahora borboteante. Todo el bla bla quedó sintetizado en un diagrama de 3D:  imaginación, memoria y construcción, serían los tres ejes de un modelo en el que se proyectan dos flechas que representan las líneas de trabajo: una de recuperación/plaza y  otra de la apropiación/playa y algo así como un espiral que oscila entre ambas flechas figura el proceso de niñxs y vecinxs y de todxs quienes estamos involucrados en el proyecto y ahí mirando el dibujo nos pareció un esquema acotado pero a la vez  dinámico que podía servirle a nuestra corteza racional como herramienta de defensa ante la neurosis que a veces detonan las relaciones caóticas entre variables y seres que fluctúan en un territorio a la hora de tener que concretar un trabajo conjunto. En fin,  al menos íbamos a ofrecerlo como metodología en el encuentro comunitario del viernes que tenía como objetivo sistematizar esa misma información que estábamos visualizando ahí lxs tres en torno al mate o dicho de otra manera recoger red entre todxs en medio de la pesca. Revisamos el material en parte digital en parte análogo para editar y montar y la verdad es que recién en el primer tercio de este proyecto ya tenemos algo así como un estante de registro civil en los años 90 solo que algunas eran carpetas de windows y cajas plásticas gigantes llenas de objetos de todo tipo.

 

Llegó el viernes y fue nuestra primera actividad en Cecrea donde tuvimos a disposición sala y algunas estructuras que nos vinieron de perilla para exponer parte de ese material además del data que nos pasaron para proyectar dos videos que habíamos editados así que les pusimos play cuando ya habían llegado niñxs, dirigentas y algunas mamás. El primero fue de la deriva en la playa con las grabaciones de la handy del Vicente y la go pro de la Kassandra así que  cuando se dieron cuenta que esos videos eran de su propia mano les brillaron los ojos y los cachetes y de paso a nosotrxs también que no mirábamos la pantalla sino que a lxs espectadorxs expectantes, el segundo video mostró la jornada de plaza en el espacio y tiempo que contaba cómo fue que al encontrar juntxs el centro de la plaza brotó la propuesta de hacer algo por ese espacio teniendo como primera acción colectiva un contra hechizo que diera fin a la maldición que azotaba al lugar. Los videos sacaron aplausos igual que las fotos impresas y  los dibujos en exhibición que suscitaron en sus propixs realizadorxs sorpresa y risas que dieron la suficiente energía para comenzar la pega, así que sin más nos separamos en tres grupos, lxs de imaginación dibujaron sobre las fotografías usando una mica que hacía de capa transparente para intervenirlas desde su imaginario o deseo o idea personal de esa imagen capturada entonces ahí se dio que la Paulina quiso refaccionar el columpio roto de la plaza y la Maite hizo surgir burbujas gigantes desde el río al cielo, paralelamente las del grupo construcción resultaron ser todas las mamás y dirigentas con quienes trazamos el territorio en un papelógrafo únicamente desde el recuerdo, la propia orientación y la intuición grupal así que aparecieron dos mapas súper figurativos de ambos lugares pero con intenciones muy distintas, en el caso de la playa de Collico lo que se relevó fue su configuración simbólica haciendo aparecer un árbol de pascua vecinal que queda puesto todo el año o un lanchón que ya no existe pero que antiguamente cruzaba el río desde Collico hacia Las Ánimas entonces gracias al balseo que hacía don Braulio lxs vecinxs se evitaban la tremenda vuelta que hacen ahora por tierra atravesando el puente Santa Elvira y además que en ese botecito encallado fuimos todxs engendradxs esas noches de verano dijo la Sandra cagada de la risa, el mapa de la plaza hizo aparecer la dimensión material como programadora de una realidad donde vialidad e infraestructura parecen ser los únicos componentes que ya sea por su falta o  por su excesiva presencia generan relaciones disruptivas o vacías entre vecinxs, y lo que sí en ambos mapas no aparece la gente sino que sólo fenómenos en forma de vestigios, señales, rastros: lanchón fantasma/columpio roto. El tercer grupo fue el de memoria y trabajaron en torno al registro para armar un relato que pudiera recorrer el tiempo para ellxs mismxs en un futuro lejano o almacenar en esos dispositivos tec un continuo entre el aquí/ahora con en el relato del pasado que se estaba trazando en el grupo de construcción y una especie de futuro que se proyectaba en los dibujos en transparencias y las propias imágenes de lo que se estaba registrando para ser preservadas como información o experiencia valiosa así que de ahí salieron entrevistas puntiagudas, seguimientos audaces y miradas panorámicas que hurgaron en todo el espectro de la jornada y poco espacio  dejaron para la fuga y así lo hizo saber la Claudia , directora del Cecrea, que tenía 3 cámaras y un micrófono ponderando a una distancia de 10 cm de su cara el saludo amistoso y  sus palabras de invitación a participar del espacio y programación.

 

Hubo alta concentración y diligencia a lo largo de toda la jornada pero como nos faltó la colación resultó que el cierre si bien fue optimista y prometedor por falta de azúcar o asertividad energética  no resolvió nuestra necesidad de conducción colectiva del proyecto, pero de que hubo fiato lo hubo y eso nos dejó a todxs con el ánimo encumbrado.

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