Desde la música a la pintura, de la pintura al bordado, del bordado al tejido, una mujer que viaja por los distintos caminos del arte, interceptándose en el inmenso y generoso talento de esta artista de la localidad de La Picada en la comuna de Puerto Octay.
En nuestra incansable búsqueda de artistas y cultures y, en nuestras cada vez más intensas salidas a terreno, llegó a nuestros oídos el nombre de Mirta Díaz, conocida como la Violeta Parra de la zona. Motivados y expectantes por los comentarios que la precedían, comenzamos la tarea de llegar a ella.
Después de aplicar nuestra encuesta para el catastro de artistas y cultores a un músico de la comuna, fue él quien nos entregó la información precisa que nos haría dar con su paradero, terminada la reunión con este acordeonista y sin más espera, la llamamos:
¡¡¡Alo!!! sra. Mirta, ¿cómo está?… fue el inicio para conocer a la gran persona que es y por supuesto, lo impactante de su dedicado, bello y perfecto trabajo.
Su casa estaba al final de un camino de tierra, que llevaba a la última casa de un extenso campo, estacionamos, cámara en mano, encuesta en la mochila para el catastro, Mirta, nos abrió las puertas de su casa y también de su alma, la cual manifestaba en canciones creadas por ella y grabadas en un disco con estilos musicales e instrumentos de Latinoamérica, pinturas realizadas en distintos artículos reciclados como sartenes, botas de agua, jarrones de leche en las que se evidenciaban escenas pastoriles y rostros sacados de su amplia imaginación. También en muñecas, mantas y una colección de artículos que habitaban en cada rincón de su espacio, espacio que es el taller en donde desarrolla y cultiva su trabajo, pero que también es el lugar donde habita con sus hijas, nietos y nietas gran parte de su vida.
¡¡¡ Mirta, muchas gracias por este momento… de nada… ¡¡¡Ah muchachos!!! mi papá es músico, toca el acordeón junto con su compadre, se llaman “Los Ayala” tocan ranchera hace muchos años, quieren conocerlos…