La profe, entregada a su profesión, planifica cada clase preocupada de que cada contenido sea del mayor provecho para sus alumnas. Su metodología comienza con enseñar a observar, factor clave para el oficio de las pintoras. La luz, las formas, los trazos, la perspectiva son elementos fundamentales para ordenar las ideas y componer desde una “hoja en blanco”.
Entre las corrientes artísticas del Impresionismo y el Realismo, Marianela sustenta la técnica que emplea y enseña. Deben observar las obras pastorales de Monet o la naturaleza muerta de Cézanne, es necesario conocer a los grandes, copiar para aprender, aprender para crear.
El segundo contenido de su metodología es capturar las escenas o paisajes que las provoquen. Puerto Octay es un paraíso, de los lugares más bellos de Chile, conmueve e inspira. Ofrece una posibilidad de escenas pastoriles admirables para el adiestrado ojo de las integrantes del taller, de esta manera el Llanquihue, el Rupanco, el Osorno el Puntiagudo, los distintos verdes, el cielo, las nubes, los caminos, los animales son fotografiados. Luego a pintar en la tela que nunca más será blanca. Los niveles de producción final de cada cuadro son únicos como sus participantes. Terminada la pintura pasaran entre 3 a 4 semanas para el fin definitivo del proceso, luego a mostrar, comentar y retroalimentar el trabajo, seguido siempre de cerca por la profesora Marianela Agüero.