BitácoraResidencias de arte colaborativo

Residencia: PROYECTO BANDURRIA: Bases socioculturales para la creación de la Casa de la Cultura de Puerto Octay Puerto Octay, Los Lagos - 2019 Residente: Alvaro Miguel Retamales Retamal
Publicado: 4 de enero de 2020
Salir a terreno para hacer el catastro

Como habíamos relatado en bitácoras anteriores, decidimos comenzar la residencia haciendo el primer Catastro de Artistas y cultores locales de Puerto Octay, dado que no existen datos comunales. La idea es realizar un levantamiento de información en terreno, para saber quiénes son, qué hacen, cuántos son, cómo aprendieron, cómo se financian y si han accedido a algún fondo de cultura. Esto además nos permitirá conocer el territorio y conocer personalmente a cada uno de ellos, teniendo la posibilidad conocer su obra y de compartir conocimientos, experiencias, necesidades y expectativas. Esto último es lo más importante del ejercicio, ya que en su gente radica el talento y la cultura de cualquier comuna.

 

Así las cosas, nos lanzamos a recorrer el territorio en búsqueda de los artistas, artesanos, carpinteros, tejedoras y lo que el mismo pueblo nos indicara que es considerado como “arte local”. La estrategia es sencilla, a partir de los primeros datos que obtuvimos de reuniones con la municipalidad y el diagnostico de la residencia, comenzamos a visitar, previo llamado o directamente, a las personas a sus casas y lugares de trabajo. A veces nos recibían, otras veces no podían y coordinábamos un momento en que si pudieran. Para ello hubo que construir un discurso y una forma de hacer la aplicación de los instrumentos de recolección de información: observación, diálogos, encuesta, etc. Primero se informaba al artista de lo que andábamos haciendo, de quien éramos y de quien dependíamos[1]. Cuál era el objetivo de esta residencia. Una vez que el artista entendía más o menos lo que andábamos haciendo, le pedíamos que respondiera el formulario, si era necesario alguno de nosotros lo ayudaba a contestar. Después de eso le preguntábamos si era posible que nos mostrara su taller o parte de su obra, para nosotros poder admirarla e intercambiar impresiones. Luego de eso, que podía tomar una cantidad de tiempo bastante relativa, desde 15 a 45 minutos, incluso más, dependiendo de la versatilidad del artista entrevistado. Después reforzábamos algunas ideas-fuerza de la residencia, como la necesidad de una casa de la cultura o la participación en la mesa comunal de cultura. Finalmente nos retirábamos advirtiendo que era posible que los visitáramos nuevamente.

A partir de ahora, toda gira en torno al catastro y el tr

[1] Este dato resulta importante sobre todo cuando hay personas o territorios que no mantienen una muy buena relación con el gobierno local.

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