BitácoraResidencias de arte colaborativo

Residencia: Álbum Creativo de Huiro: Cartografía y Poemario Visual Corral - Huiro, Los Ríos - 2019 Residente: Angélica Elizabeth Saiz González
Publicado: 14 de diciembre de 2019
ABUNDANCIA Y CONTRADICCIÓN

Después del tiempo de encuentro y recorrido, Huiro es más cercano y aquello que hace que un lugar resulte ajeno -eso del sentimiento de extranjería- empieza a dispersarse. La búsqueda del espacio propio en un lugar, la transparencia de los caminos que se definen entre casas nuevas, abandonadas o dejadas solas por un tiempo, sembradíos y galpones de leña, pampas breves de vacunos, cabritos, ovejas y chanchos; una transparencia que impide cualquier método más allá del cotidiano cruce e intercambio vecinal.

Pensamos en el tiempo de verano y la sequía en Chile. Desde hace décadas –tantas que para una generación como la nuestra resulta un algo “desde siempre”- el agua en el país ha llegado a un estándar de privatización, que es hoy el único estado donde ésta se comercializa como cualquier otro producto. El agua, es otra arista de la crisis. Sequía, muerte, decaimiento social, pérdida y frustración; emociones en torno al agua y su abastecimiento fundamental para la vida. En Huiro, el agua se desborda por todos lados como una contradicción evidente; la que se toma, se escucha al pasar y de noche más fuerte al dormir, ese estero que produce una suerte de mantra diario y constante; esas olas que despliegan ondas sonoras hacia mas allá, beber bajo la conciencia de estar tomando “el agua más fresca y pura del mundo”.

Las flores de Niche florecieron todas, nos invita a recorrerlas entendiendo esa abundancia en la que solo basta esperar a que la vida salga. El agua que las llena, el agua que despliega su siembra, su crecimiento y floración, la cosecha de las verduras y la que lleva esos pepinos que esperamos estén para enero, casi chorrea, de forma justamente opuesta y sabemos en otros lugares es cada vez más escasa para todos. Para completar lo que “la tierra no está dando”, llega la camioneta de verduras que aparece casi nunca, pero que comparte una forma de capitalizar productos diferente,  amistosa y hasta amorosa, como las actuales y proliferantes máquinas de autoservicio del supermercado no saben.

Las palabras que intercambiamos, lo que compartimos y la comunión en lo importante, transmiten de alguna forma un estado micro, más pequeño e íntimo desde donde re-pensarnos, y en esa vida fuera del hiper consumo mercantil y de retail, Huiro resiste en su autosustento y abundancia ultra valorada.

 

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