BitácoraResidencias de arte colaborativo

Residencia: Álbum Creativo de Huiro: Cartografía y Poemario Visual Corral - Huiro, Los Ríos - 2019 Residente: Angélica Elizabeth Saiz González
Publicado: 26 de enero de 2020
LA PIEDRA ABANDONADA

Después de una semana ya compartimos mas con Diego, uno de los últimos en sumarse al proyecto. Revisamos días atrás imágenes, videos y fotografías que ha tomado alrededor sobre todo de su casa; más allá de las cabañas pero antes de la caleta, en la bajada del tanque de agua que corre y corre todo el día y la noche como si ésta sobrara en el mundo. Nos invita al grupo del proyecto a una caminata por la cantera. La cantera, fue espacio de extracción de cuarzo años atrás, funcionando por más de dos décadas hasta que la piedra comenzó a escasear y el estado terminó la concesión con la empresa. Todo quedo botado, como esas escenas dinamitadas donde no se sabe bien lo que había, y sin darnos cuenta nos recuerda inevitablemente los escombros que vemos tras cada jornada de manifestaciones y represiones sobre todo en la ciudad por televisión desde el campo en estos meses. La conversación en torno a lo que sucede en la crisis del país ya es más habitual y compartida; quizás por el pasar de los meses que lo ha vuelto a pesar de la distancia cotidiano; quizás porque ya nos contamos cosas que van mucho más allá del proyecto y el trabajo, con esa confianza que nace de los ratos silenciosos y la escucha de la naturaleza entre las confesiones personales y las ganas de estar juntos un rato con la cámara como escusa.

La piedra se extiende por toda la pampa deshecha y vuelta cantera. Las imágenes en movimiento que buscamos para nuestro video se hacen a partir de esos pasos diferentes que entre cortan el verde constante de las demás pampas de Huiro con la dureza del lugar. Lo inorgánico de esas formas se rompe cuando de pronto vemos algunas vacas pastando. Pastando qué? nos preguntamos. Entre las rocas, los cortes irregulares que han quedado y los perros que siempre nos acompañan, alcanzamos a ver pequeños espacios con pasto nuevo, y es que “ya está verdeando”, a pesar del calor, la sequía que avanza hasta estas latitudes del sur y la explotación del pasado. De alguna forma, la piedra abandonada nos recuerda que tras el desastre algo aflora otra vez.

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