A propósito de la carrera que mi compañero José y yo estudiamos, Sebastián Zúñiga (miembro de la Agrupación Te Falta Calle y músico en el dueto Calleja Blues) nos propuso (durante la noche de celebración de cumpleaños de Daniela, Profesional Servicio País Cultura) realizar un Ciclo de Cine en su casa. El joven cuenta con un proyector y una pared donde proyectar, y además tiene equipamiento de sonido, un computador y un living con un par de sillones donde poder ponernos relativamente cómodos. Aceptamos por supuesto y coordinamos para el día miércoles 23 de enero a las diez de la noche comenzar con un “visionado” (desde mi primer año de universidad que no utilizaba ese término) de la película “El Ladrón de Bicicleta” del director Italiano (ícono del Neorrealismo) Vittorio De Sica. Pero además, yo les prometí mostrarles un cortometraje documental del director chileno Raúl Ruiz titulado “Ahora te vamos a llamar hermano”, el que fue filmado en el año 1971 durante una visita de Salvador Allende a la ciudad de Temuco. A la casera exhibición llegamos 13 personas (todo un éxito según mi tocayo). Comenzamos con el cortometraje documental “A Valparaíso” del director holandés Joris Ivens (el que no estaba propuesto en la cartelera y fue proyectado a modo de introducción, porque el dueño de casa quería aprovechar el material que se encontraba en mi disco duro externo y porque teníamos un margen de espera hasta que todos los asistentes llegasen). Seguimos con la proyección de “El Ladrón de Bicicleta”, una hora después de lo acordado y cuando ya no quedaba lugar donde sentarse en el pequeño living de la casa del Seba Zúñiga. Sobre la película italiana, confieso haber presenciado el pestañeo de algunos asistentes, situación que siempre me intranquiliza, pero en general tuvo una excelente acogida. El pequeño Bruno se roba la película y el público siempre empatiza con la tragedia que le ocurre a su padre Antonio. Finalmente terminamos nuestra primera jornada de Ciclos de Cine con la proyección del cortometraje documental que da título a esta entrada. Según yo, “Ahora te vamos a llamar Hermano” es una joya cinematográfica de incalculable valor. La película se estrenó en la Bienal de Venecia el año 1974, y por suerte pudo ser restaurada el año 2013 en Italia, a partir del único negativo existente. Según mi apreciación, ésta se sustenta en la forma y en el valor del registro que se realizó en aquel momento (marzo de 1971 en la ciudad de Temuco), y adquirió una carga importante y un valor histórico conforme el devenir de los sucesos los años posteriores a la filmación.
El documental comienza mostrando imágenes del campo mientras un campesino mapuche nos relata, en lengua mapudungun, acerca de la situación de su pueblo. Luego vemos al campesino sentado en un banquito de madera junto a su esposa y su familia, narrándonos la forma en que el estado chileno los ha despojado de su tierra. Con mayor vehemencia, el hijo de este hombre (también en lengua Mapudungun) culpa a los “momios” y a los “huincas” que tienen gusanos en su cabeza. La familia cifra sus esperanzas en la visita de Salvador Allende. Luego vemos imágenes de personas que se dirigen a una manifestación hasta encontrarnos finalmente en el centro de una masa de miles de personas que da su apoyo al presidente, tan sólo seis meses después de aquel histórico 4 de septiembre. El discurso es potente, que no quepa duda de la capacidad oratoria del médico. El espectador no necesita más que ver su mano apoyada en la tarima y escucharlo hablar acerca de los cambios sociales que pretendía llevar a cabo durante su gobierno. El cortometraje no dejó a nadie indiferente (ni a detractores de lo que algunos llaman “whisky-izquierda” ni a los a-políticos, ni mucho menos a los simpatizantes del Chicho). “Ahora te vamos a llamar hermano” a cargo de Raúl Ruiz en la dirección, Mario Handler en la fotografía, Pepe de la Vega (un viejo profesor que tuve en la Universidad) en el sonido, Carlos Piaggio en el montaje, Valeria Sarmiento (compañera, colega y esposa de Ruiz) en la asistencia, y Sergio Meza en la producción, es un invaluable registro documental que deja constancia acerca de la reivindicación que Allende quería entregar durante su gobierno a los pueblos indígenas. Lamentablemente después de 48 años, esas poderosas imágenes nos dan cuenta de que no sirvió mucho aquella promesa, pues a mi juicio, todavía no hemos aportado nada para esa reivindicación. ¿Acaso subsidios y becas y beneficios hasta ser 5ta generación, son pago digno a la lucha que un pueblo ha librado durante 500 años? ¿O la muerte de Camilo Catrillanca, impune ante las medidas tomadas por el actual gobierno, es una muestra de respeto hacia nuestra cultura ancestral?
El debate se prolongó durante casi una hora. Tod@s los presentes quieren plantear su punto de vista y su visión acerca del tema. Algunos con mayor celo que otros, algunos con mayor fundamento que otros, algunos con mayor interés que otros. Para el dueño de casa la primera jornada del ciclo de cine fue un éxito y la mayoría de los asistentes agradeció el haber tenido una instancia como esa. Solo me incomodó el hecho de que me aplaudieran y agradecieran a mí por una iniciativa que surgió de un representante de la comunidad, o intuir una crítica solapada hacia la informalidad con que se realizó la muestra. En fin, gajes del oficio. Apelo a lo genuino de la propuesta que nos realizó el Seba Zúñiga, abriéndonos las puertas de su casa para compartir experiencias y aprendizajes por medio del cine.
Ya de regreso a casa junto a Aurora, continuamos la conversación acerca del cortometraje. Intuyo que no alcanzó a decir cosas que le interesaba hablar. Nos acordamos del Chefi (Ceferino Cheuquecoy Coñoepán), orfebre, artesano, mapuche y uno de los mejores amigos de mi padre, y amigo nuestro también. Y pensamos que sería bueno llamarlo uno de estos días.