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Residencia: Por las vías del tren Caldera, Atacama - 2018 Residente: Sebastián Vidal Campos
Publicado: 18 de enero de 2019
Jesus doesn’t want me for a sunbeam

He vuelto a participar como invitado en un programa de la Radio Amanecer. El ya mencionado “Fantasías rockeras de ayer y hoy” de nuestro amigo Koyer (colaborador constante en las actividades que hemos realizado durante nuestra Residencia en Caldera). Esta vez se trata de un especial dedicado a la banda de Grunge Nirvana, uno de mis grupos favoritos de la pre y adolescencia.

Como se ha hecho habitual cada vez que voy a la radio, trato de avisar a amigos y familiares para que escuchen el programa y así poder mandarles saludos, decir tallas, contar anécdotas o cosas por el estilo. Eso me ayuda a sentirme más seguro a la hora de hablar. Y es que últimamente me ha dado por explorar en la locución y las comunicaciones. Mi profesor de Historia en octavo básico me decía que pintaba para periodista deportivo. El problema era que me lo decía cuando yo tenía toda la fe del mundo en que me convertiría en el “volante creativo” de la Unión Española. En fin, la cosa es que me siento cómodo y me entretengo un montón diciendo cosas al aire. Entre paréntesis, cosas que no muchas personas van a escuchar, pero que me animo a decir de todos modos. Sin embargo, me gusta hacerlo bien y me preparo un montón para cada programa en el que he sido invitado. Además, siempre aprovecho el espacio para tocar temas relacionados a nuestra Residencia y en esta ocasión, aproveché de entregar más detalles acerca del proyecto que estamos llevando a cabo ya en la etapa final de la implementación. De hecho, hace tan solo unos días estuvimos con Aurora en un programa dedicado a Faith No More, hablando acerca de una reunión que tuvimos con la comunidad, en donde zanjamos la mayoría de los temas relacionados al proyecto que estamos ejecutando.

Comenzamos el especial de Nirvana con dos temas del disco Bleach (primer trabajo de la banda). Como forma de preparación, pese a que me considero un fanático de Kurt Cobain, estuve durante dos días escuchando la discografía completa del grupo (incluyendo el ruidoso proyecto “Fecal Matters”), me instruí acerca de la historia del grunge y otras bandas pertenecientes al movimiento musical nacido en Seattle (algunas que no conocía), y además vi dos documentales dedicados a la memoria del líder maníaco-depresivo de Nirvana: “Cobain, Montage of a heck”, que según palabras de Buzz Osborne es un 90% mentira y “Kurt Cobain, about a son” que a mi juicio personal, se trata de un retrato mucho más genuino del músico.

Pero bueno, para no irme por las ramas (como acostumbro) y para no aburrir con mi intento de “copista” de Pirincho Cárcamo, voy a ir directo al grano de por qué decidí involucrarme en este especial, más allá de mi fanatismo por el autor de “smell like teen spirit”.

***

En Caldera se sondeó una cifra de alrededor de 10 suicidios durante el año 2018. Por lo que, en una ciudad de apenas 17 mil habitantes, ocurrió un suicidio cada 36 días. Precisamente, durante los primeros días de enero del 2019, un joven (según dicen: era adicto a las drogas) se colgó de una pasarela en la Ruta 5 Norte.

Como la mayoría sabe, el líder de la banda Nirvana, además de ser un símbolo para los jóvenes norteamericanos de fines de la década del 80 (conocidos como la Generación X), se suicidó a la edad de 27 años pegándose un tiro en la cabeza. Su cadáver lo encontraron un 8 de abril de 1994, el mismo día en que mis padres celebraban mi sexto cumpleaños (menciono esto en un afán de Sincronía Teillierana, pues el poeta Jorge Teillier hacía alusión a Gardel al referirse a su natalicio, ya que el Zorzal Criollo, de nacionalidad aún no resuelta, murió el mismo día en que el vate nació en Victoria, el año 1935). Unos años después fue el turno de Laney Staley, vocalista de la banda Alice in Chains; y hace sólo unos años atrás, Chris Cornell (vocalista de la banda Soundgarden) se amarró una soga al cuello y se quitó la vida. De modo que, tres artistas fundamentales en la historia del Grunge y la música Rock de principios de los noventa, tuvieron el mismo final. Recuerdo que en Punta Arenas, a propósito de la muerte de Cornell, hablábamos de la Depresión-Invierno-Magallánico-Grunge. Quizá por las pocas horas de luz, la soledad, el consumo de alcohol y el frío que nos invitaba a escuchar canciones, nada alentadoras, como “Down in a hole”.

El suicidio hoy en día sigue siendo un tema tabú en nuestra sociedad, y por supuesto mucho más para la Iglesia, que lo condena abiertamente. La depresión por otra parte, es un problema real en nuestro país y para darle solución a ello, el estado aporta apenas un 2,4% del presupuesto total en salud pública para tratar temas de salud mental. Esto lo leí en un artículo del portal ADN radio, en el que además se menciona que en Chile el suicidio es la segunda causa de muerte “no natural” y que un niño, niña o adolescente se suicida cada dos días en nuestro país. Mientras que a nivel global la OMS señala que el suicidio es la causa número 15 de muerte en el mundo y la segunda en jóvenes de entre 15 y 29 años. Por eso no podía pasar por alto que en el Puerto de Caldera hayan ocurrido 10 suicidios durante el 2018. Y porque más allá de los números o estadísticas, se trata de una problemática real en nuestro país.

Sin embargo y por ahora no quiero seguir profundizando en ello. De hecho me costó responder la pregunta que me hizo Koyer y dar una respuesta coherente respecto del tema. De modo que trataré de enfrentarlo de una mejor forma en un futuro cercano. Y es que en doce días más, durante la Segunda Jornada que tendremos de un Ciclo de Cine que iniciará en la casa de un miembro de la comunidad, el tema volverá a salir a la luz, pero a modo mucho más personal. Por ende, si quiero hablar de ello en esta bitácora de Residencia, deberé ser mucho más cauto y estar mejor preparado para abordar el tema.

Para finalizar, cerraré esta entrada del mismo modo en que me despedí durante el programa dedicado a Nirvana: “Invitando a la gente a conocer y sumarse al Proyecto que estamos desarrollando, diciéndole a los fanáticos de la banda que vean el documental “Kurt Cobain, about a Son”, enviando saludos a mis familiares y amigos, y especialmente, un fuerte abrazo a nuestra gente amada del Archipiélago de Chiloé, que hoy debe sobreponerse al dolor de la cruda enfermedad que afecta a nuestra Tía Elena; y pidiendo a Koyer que programe la canción “Jesus doesn’t want for be a sunbeam” (Jesús no me quiere para un rayo de sol), para bajar a la explanada del Puerto tarareando esa melodía: “don’t expect me to lie, don’t expect me to cry, don’t expect to die for tee”.

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