Decimos adiós a quienes fueron colaboradores-amigos, quisieron ser parte de nuestra experiencia en Ñirehuao. Mario Londoño viajó desde Buenos Aires a apoyarnos en el trabajo audiovisual que estamos produciendo durante nuestra residencia. Se encargó durante 15 días de recolectar los materiales que ya habíamos grabado y se dispuso a editar videos para cada uno de nuestros hitos.
Mientras los materiales iban agarrando forma, podíamos visualizar los avances que cada hito tuvo, ver de forma externa el proceso y sus resultados. La participación de Mario fue una instancia necesaria del proyecto, aprendimos a tratar de mejor forma lo que vamos registrando y a pensar las imágenes que nos gustaría perduren en el tiempo.
A su vez, arrancó de vuelta a Santiago Natalie Celis en compañía de su hijo Martín, quien se hizo amigo de varios niñes de la villa. Esa mañana antes de arrancar Escuela pa´ la calle corrieron a darle sus últimos abrazos y charlar sobre lo bien que la pasaron este verano.
Ella estuvo enfocada en el trabajo de costuras con el club del adulto mayor, con quienes confeccionaron las bolsas ecológicas, manteles, cortinas y sábanas que luego serán expuestos en el encuentro costumbrista.
Los siempre presentes mates al terminar la jornada, fortalecieron el apego entre ellas, por lo que estaban todas muy tristes por su partida. La llenaron de abrazos y besos para desearle buen viaje, y entre esas cosas la abuela Icha le regaló huevos de campo, los cuales tuvieron que quedar en la casa y ser parte de nuestro próximo desayuno.
Fue toda una experiencia compartir nuestra casa/taller durante un mes, llegamos a ser 9 cuerpxs trabajando en VENTARRÓN, pero estamos muy agradecidos por la colaboración que nos brindaron, todos sus aportes suman a que el proyecto se esté desarrollado en las condiciones y anhelos que tenemos de hacer de esta experiencia un gran aprendizaje en todos sus ámbitos: el trabajo colaborativo, las experiencias artísticas desde un enfoque comunitario, el cruce de distintas disciplinas, la escucha de opiniones diversas, entre otras cosas que irán decantando. Todo esto es parte de lo que ofrecimos y aceptaron los chicos a la hora de venir a asistirnos.
Al volver de Escuela pa´ la calle teníamos tres mensajes en la casa, Amor, Mil cosas mañes, y Confianza, con esas palabras nos dejaron para continuar. Con ellos nos sentimos acompañados, más distendidos, nos ayudaron a renovar las energías, potencias y procesos de los que seguimos en este proyecto.