BitácoraResidencias de arte colaborativo

Residencia: Ventarrón Ñirehuao - Coyhaique, Aysén - 2018 Residente: Juana Guerrero
Publicado: 17 de febrero de 2019
Primer Encuentro Costumbrista del Valle de la Luna

Partimos los tres días de fiesta, ha sido un largo camino para llegar a este Primer Encuentro Costumbrista del Valle de la Luna, de Villa Ñirehuao.

Organizarnos con los vecinos, recaudar cooperaciones y autogestionar la economía para dar cuerpo a la celebración, fueron los principales desafíos que se lograron concretar.

Con la junta de vecinos hicimos un cóctel para dar inicio a las actividades y a pedido de ellos se invitó al Alcalde, Seremi de Educación, Seremi de Deporte y a un Concejal.

Sentimos que de alguna manera necesitan la validación de estos entes gubernamentales a pesar de que la ayuda de estos ha sido mínima, por no decir nula. Hecho que las mismas autoridades dieron a conocer cuando se les dio la palabra.

Este encuentro tiene como valor poder rescatar las costumbres y tradiciones desde la unión social que por muchos años ha estado dormida en esta localidad. Hoy es cuando nos vemos las caras, vemos las ganas y sobre todo la participación y cooperación de la comunidad.

Hay un deseo fuerte de experimentar la identidad lugareña, nos reencontramos a pesar de las diferencias y problemáticas. Damos cuerpo a un encuentro deseado y esperado por muchos.

El primer día, luego del cóctel, disfrutamos de músicos locales, chamame y rancheras en vivo para amenizar. Luego seguimos con juegos típicos, la silla musical para niñes y adultes, carrera de sacos, tirar la cuerda, fútbol categoría infantil y adultos, finalmente cerramos la jornada con la competencia de chamame de niñes, donde Tania y Bastián fueron los ganadores, bailan increíble.

Todo resultó bien, había ánimo y nos vimos afianzados quienes estábamos organizando la jornada, hubo algunas diferencias en el transcurso del día, hemos tenido que insistirle a Gloria para que pueda delegar y confiar en que el otro, mientras esté comprometido, hará las labores que le corresponden, a veces se cree que nadie hará las cosas mejor que uno, pero es parte del trabajo colaborativo comprender que en un equipo todos los integrantes son importantes y están ahí para apoyarse unes a otres. Quizás el ambiente quedó algo tenso, pero aún nos quedaban dos días para seguir dándole.

Con la competencia de truco comenzamos el segundo día, la gente más adulta es la que juega mientras algunos se sitúan alrededor de las mesas. De a poco la gente va llegando a la cancha, algunos llegan directamente a almorzar, recorren los stand y eligen que degustar.

A eso de las 16 horas damos paso al concurso del palo encebado, concurso de hachero y al juego de la taba. Hay alrededor de 120 personas recorriendo el encuentro. Estamos un poco cansados, pero el ánimo no decae y ver la felicidad de los presentes nos motiva a seguir. Además hablamos sobre las trancas que tuvimos el día anterior para que en esta jornada nos apoyemos más. Gloria nos agradece que estemos ahí y que le hagamos ver las cosas de otro modo.

Vemos que mientras cae la tarde y la jornada de trabajo se termina, los gauchos van apareciendo, la música va sonando, los chamames vamos bailando. Así son los Patagones, buenos pal baile. Todes bailan con todes y la pista nunca está vacía. La jornada termina a las 11 y nos vamos, mientras otres siguen la celebración de camino a sus casas.

Hoy sábado se ve más gente, se ve harta gente, todos se saludan contentos, están viendo las actividades con una cervecita en la mano, hace calor pero corre una briza fresca, ya están prendiendo los ñires (leña) y armando los corderos para hacerse al palo, mientras en la cancha está ocurriendo la demostración de perros ovejeros, la competencia de barrilete, apialadura y jineteadas de vaquillas.

Hoy es el último día del encuentro Valle de la Luna, se sabe que a la noche se baila, se toma y se come. Empezamos a desarmar la ornamentación para trasladarnos al gimnasio. Hacemos el último ensayo para la presentación de la reina y luego nos vamos con las chicas a nuestra casa para vestirnos y arreglarnos para la noche.

Llegó el momento, están todos, la localidad completa más las localidades cercanas de Ñirehuao. Creemos que somos unos 300, buen número para una primera fiesta.

La banda ya está sonando y los gauchos sacando a bailar, la cocina funcionando y la barra vendiendo a full, todo lo recaudado es para la comunidad y posibles nuevas acciones a concretar.

Gloria da inicio a la fiesta, agradece el trabajo y el compromiso de muchos y llama a cada una de las personas que ha hecho posible esta organización. Nos llama a nosotres igual para que recibamos el aplauso de los presentes, nos emociona estar ahí y ser parte de esto, junto a casi 20 vecinos más con los que llevamos a cabo esta acción.  Luego  presenta al cuerpo de baile, nos pareció muy cómico, pero eso éramos, un cuerpo de baile diverso y desobediente, fuerte y robusto. Estábamos ahí para acompañar a Guadalupe, nuestra reina.

Nadie entendía nada, jamás se había hecho un baile de presentación para la reina y las chicas nunca habían bailado en público. Estábamos nerviosas y las caras de los gauchos eran lo mejor. Se sabe que el machismo es una realidad aquí y ahí estábamos firmes, reivindicando los reinados, valientes y relucientes. Porque estábamos bailando por todas las que no estaban ahí con nosotras, estábamos bailando porque admitimos tener miedo pero damos cara a la diferencia.

Las mujeres se miraban cómplices porque la canción decía “todas somos reinas, el secreto está en la fuerza, soy diferente y eso te molesta, tus críticas sólo muestran tu frustración” un reggaeton disidente, de alguna u otra forma se sintieron parte de esta coreografía, los aplausos fueron espontáneos y a pesar de que no es parte de ellos hacer este tipo de presentaciones, tuvimos muy buena acogida. Y para las chicas, con las que ensayamos varias semanas, fue importante verse y sentirse seguras, contenidas y desinhibidas.

Luego del baile se coronó a Guadalupe y el gimnasio gritaba su nombre, no hubo burlas ni nada desagradable, ella estaba radiante y feliz, su viejo la acompañó a la fiesta y eso era importante para ella. Agradeció el apoyo de sus compañeras del PMU, de su familia y amigos, y dijo fuerte, con micrófono en mano, lo orgullosa que estaba de ser una mujer patagona, trabajadora y auténtica. Queríamos llorar, en serio… sus palabras tuvieron mucha fuerza y la verdad es que la Guada ha sido una amiga muy querida para nosotres.

Ya era hora de disfrutar, seguimos la fiesta y compartimos con los amigues que hemos hecho aquí. Bailamos chamame, como nos gusta bailarlo ahora que sabemos hacerlo. Enserio que fue muy lindo todo lo que pasó, la fiesta terminó sin problemas y se notó que fue distinta a las fiestas que aquí se acostumbran a hacer.

« Ir a residencia