BitácoraResidencias de arte colaborativo

Residencia: Ventarrón Ñirehuao - Coyhaique, Aysén - 2018 Residente: Juana Guerrero
Publicado: 24 de enero de 2019
Unificando vibraciones

Nos encontramos en la ronda de las mañanas, los lunes, miércoles y viernes, al costado de la junta de vecinos. De a poco vamos despertando, estirando, desbloqueando la cuerpa, articulando e investigando en carne hasta dónde podemos llegar con el movimiento, conscientes de lo que nos incomoda y de cómo se acomoda, unificando pulsiones e intenciones. Hemos observado que esta parte del encuentro es de suma importancia para disponer de los cuerpos y así activar el trabajo de cada jornada.

Esta semana en “Escuela pa` la calle” dimos paso a la confección de máscaras, cada une creó su tipo según el animal que eligió encarnar. Compartimos una mesa larga de materiales, entre cartulinas, goma eva, lanas, témperas y pinceles aparecieron las primeras creaciones. Vamos dando sentido y forma a la liebre, el puma, la trucha, el cóndor, el jabalí, el carancho, el martín pescador, el caballo y el chingue.

Los encuentros fluyen y el interés de les niñes se refleja en la disposición que tienen. Los últimos días han llegado niñes nuevos, algo tímidos, pero el grupo es amable y la verdad es que nos hemos llevado una linda experiencia, cada cual con su personalidad suma al grupo. No tienen problemas a la hora de compartir materiales y pensarse juntes, se ayudan entre sí y trabajan colectivamente.

Para la segunda jornada de esta semana arrancamos con ejercicios vocales en la ronda dinámica. Ejercicios simples que nos ayudan a desinhibirnos, poner las vibraciones en común con el fin de invitarlos a hablar sobre aquellas ideas de lo que es ser niño en la villa y sobre cuáles son sus deseos.

Trabajamos en tres grupos repartidos en distintas mesas, conversamos sobre el ser niños y sobre cómo nos sentimos en la villa. Primero cada cual eligió una frase para manifestar y luego armó un cartel. Pudimos leer pensamientos y deseos tales como: “Los niños son pulentos”, “Jugar más”, “Proteja a sus animales”, “Expresarse sin miedo”, entre otras.

Además de escribir su consigna, comenzaron a adornar los carteles y una vez estaban terminados los reunimos en distintos papelógrafos. Al finalizar y mientras compartimos una colación, leímos en voz alta los distintos mensajes y a Nicole se le ocurrió que pusiéramos los papeles en algún soporte para poder llevarlos el día del pasacalle.

En los encuentro de “Expresión en movimiento” los días martes y jueves con las chicas del PMU y Nicole, la única niña del grupo, comenzamos a trabajar desde la noción del campo electromagnético, de forma simple a través de ejercicios ampliamos este campo, les contamos a las mujeres cómo las ondas electromagnéticas generan vibraciones en el cuerpo a través del movimiento. Juntes aceptamos la experiencia, construyendo nuestras propias estructuras de movimiento y así modificando nuestro sistema de creencias psíquicas y corporales.

En la medida en que nuestro sistema de creencias se modifica, nuestro campo electromagnético comienza a modificarse también, yace en sincronía esa nueva conciencia.

Vamos encontrando la organicidad de los materiales que el cuerpo pone a disposición de la danza.

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