BitácoraResidencias de arte colaborativo

Residencia: Ventarrón Ñirehuao - Coyhaique, Aysén - 2018 Residente: Juana Guerrero
Publicado: 4 de diciembre de 2018
La luz mala

 

“No. No cultivo las letras, sino las imágenes;

y las imágenes están muy próximas a la

materia prima, que son las vivencias.”

Mario Levrero

 

Las rondas dinámicas nos hacen entrar en calor con los niños de la escuela valle de la luna, arrancamos con caminatas lentas, más aceleradas, en punta de pie, con la parte externa del pie, cosquillas al de adelante, manos arriba, salto y al piso, corro para cualquier lado, grito fuerte, salto como rana y congelamos el cuerpo.

 

La luz mala aparece cuando hay mucha neblina

los autos se tienen que detener

Y los caballos corren lejos

la luz te puede transportar en el tiempo

el viento siempre sopla fuerte

y el río aumenta su caudal

si te acercas a la luz puedes desaparecer

por lo que, no puedes seguir tu camino hasta que esta desaparezca.

 

Nos movemos, les propusimos comenzar a ser las imágenes del relato de la luz mala,  habitamos los estadios del cuerpo al sumergirnos en los mundos de nuestra historia, investigamos en movimiento cuáles son sus ritmos, sus sonidos, su forma física, disparamos la creatividad y la libertad de un caballo auténtico al de cada quien, explorando sus propias singularidades, de ser y estar en la imagen de caballo. Así mismo fuimos sumando las imágenes que nos parecen más relevantes.

Esa tarde las vueltas carnero que habíamos explorado el día anterior se transformaron en viento fuerte, cada uno nos mostraba sobre una capa de goma eva cuál era su propuesta de viento, luego fuimos todos juntos el río de Ñirehuao y variamos las intensidades de la corriente, seguimos explorando y profundizando nuestros caballos,  cuando llegó el momento de ser la luz mala, todos nos juntamos, muy juntitos, casi temerosos de serla, respiramos, cerramos los ojos, nos tapamos éstos con las manos y muy suave abrimos los ojos, estiramos las manos y agitamos los dedos hacia adelante enviando toda la luz, la fuerte luz que significa ser la luz mala.

Al día siguiente fue el reencuentro con los chicos y chicas de  7° y 8° básico, con ellos arrancamos  a explorar la serigrafía, compartimos una introducción al trabajo artesanal y luego la elaboración de  bastidores, éstos no quedaron muy bien, aun cuando todos sabían martillar y cortar con serrucho, quizás aún necesitamos más tiempo para trabajar en la precisión, pero de todas formas pudimos conocernos más y motivarnos a continuar con los encuentros en el taller de la escuela. Es el último tiempo que estarán juntos y nos comentaron que les gustaría llevarse una polera hecha por ellos.

El fin de semana nos fuimos de paseo con JP y Alison, nos invitaron a conocer las termas de Puyuhuapi, nos dimos un relajo en nuestras tareas y disfrutamos de las maravillas y bondades que podemos encontrar en la región. Aprovechamos de mojar la cuerpa y volver a sumergirnos en el mar que tanto nos gusta.

Regresamos el domingo, justo a las 18 hrs. como habíamos acordado con Gloria, quien quería que participáramos en la reunión de la junta de vecinos, sobre todo para tratar el punto del festival costumbrista donde estamos colaborando y trabajando en conjunto con la comunidad de la villa. Era primera vez que íbamos a su asamblea, pudimos percatar la poca participación, algunos conflictos internos y a su vez darnos cuenta de cómo manejan la resolución de problemas. Acordamos en asamblea tener una reunión solo organizativa del festival, se ve entusiasmo en todo lo que se está  pensando, acordando y organizando hasta el momento.

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