Reconocer terreno, donde se pisa, donde se empieza. Trabajamos los recorridos de cartografía entendiendo que Huiro parece un sistema simple y abierto, pero que después de unos días, sabemos no lo es. La forma de un sistema, un ecosistema, un grupo de vida desplegada por tantos lados que resulta casi imposible de abarcar; esa forma, habita, muta, esconde e invita todo.
Junto a Walter Imilan, recorremos Huiro conociendo a los vecinos conversando y entrevistando, escuchando y hablando sobre donde estamos, como se ha construido ese universo que es Huiro y la historia detrás de la abundancia natural que aún prevalece. Inerta, una de las vecinas cercanas, limita su tierra hasta la playa, y nos conversa sobre la real abundancia que existía antes en ese mismo lugar. Una época de auto abastecimiento, de riqueza marina pasada ya, de trabajo en comunidad y unión familiar. Para ella, todo eso se perdió y si bien, ya no existen esos lazos cercanos que la vida contemporánea de alguna forma se llevó, prevalece en toda la comunidad la necesidad y urgencia de valorar lo que tienen, flora y fauna nativa aún en Chile. Nos preguntamos a pesar de la narración que nos comparte con detalles de anécdotas, juegos y faenas que antes existían -y que hoy se intentan rescatar- como habrá sido vivir en ese territorio tan vasto y rico años atrás; y al mismo tiempo, como el cambio puede haber arrasado y podría arrasar con lo que queda de eso. Huiro, resiste aún a ese cambio total y todavía donde quiera que se esté en el sector, el sonido constante de esa resistencia es el del estero más que el del motor industrial.