En nuestra segunda ida a Cosapilla nos conseguimos un par de bicicletas y hablamos con un señor llamado Pablo quien viajaría a Parinacota, él nos ofreció acercarnos a la localidad en su camión por un pago por supuesto por las molestias, cargamos la mochilas con lo necesario, a las 8:00 am de la mañana salimos de Visviri y llegamos alrededor de las 9:00 am, aún no se veía nadie así que llamamos a algunas personas para avisarles que ya estábamos afuera de la junta vecinal, mientras esperábamos fuimos a una capilla abandonada cercana al pueblo detrás de ella estaban unos cerros coronados por Queñoas, el árbol que crece a mayor altitud en el mundo, de cortezas color rojizo, troncos retorcidos y arrugados como la piel de un anciano. Volvimos a la sede social y nos encontramos con Bonifacio y su familia, mientras llega la señora Ceferina quien tiene la llave del espacio de la junta de vecinos, charlamos un poco, durante las conversaciones la gente nos contaba que Cosapilla significa “buen dormir” por el hecho de que al estar rodeado de cerros la noches no eran tan frías y no corría tanto viento como en Visviri y esto les favorece a los animales para el descanso nocturno. Una vez abierta la sede llegan otras personas como la señora Teodora y don Juan, se ven entusiasmados en terminar lo que les había quedado pendiente la semana pasada, quieren darle colores a los animales en lana y comienzan a pintarlos con capas de distintos matices dependiendo del animal, uno de los hijos de Bonifacio creó un pastor y un perro que definitivamente irán dentro del video que haremos con la comunidad, don Juan termina de pintar el Suri y con Matías se las ingenian para hacer las patas de alambre para que logre ponerse de pie, Bonifacio hizo un Zorrino y su esposa terminó de pintar su perro y además una vicuña, definitivamente estamos creando
Hasta ahora nos hemos percatado que las mujeres tejen más a palillo cosas como calcetines, guantes y gorros, utilizando para ello los colores naturales de su animales, algunas de vez en cuando tejen a telar por eso algunas tejedoras se vieron interesadas en hacer unos pequeños ponchos para ello pensamos en la creación de unos mini telares que intentaremos construir durante la próxima semana, concluida la reunión emprendimos regreso a Visviri en las bicicletas, en el trayecto nos encontramos con unas llamas y entre medio de ellas un par de suris a orillas del camino, al vernos se alejaron lentamente, también una vizcachas nos miraban con desconfianza desde los imponentes muros de rocas y a los pies de éstas unas Llaretas de hasta 2 metros de ancho, Cosapilla realmente encanta, tiene un paisaje majestuoso. Ya en la carretera el viento y el sol se hicieron presentes, llegamos a Visviri bastante agotados y un remolino de tierra nos da la bienvenida, consejo para la próxima usar más protección para los oídos y bloqueador solar.