El transporte en Visviri es bastante escaso, pero nos comprometimos a ir; en la medida de lo posible, a las estancias más alejadas del lugar de nuestra residencia, para ello hablamos con un señor de nombre Pablo quien nos dijo que viajaría durante la semana y que podría pasar por Cosapilla, en el entretanto no acercamos a unas alpacas que pastoreaban por los alrededores del pueblo y así pudimos conocer a un señor llamado Andrés, es bastante amigable y nos pusimos a charlar con él, nos cuenta que vive de la crianza de sus animales, que estuvo un tiempo trabajando fuera de Visviri pero que volvió aquí, su madre tenía muchas alpacas y ella les dejo a sus hijos ese legado para que las criaran, nos dice que la vida es dura por la falta de oportunidades sobre todo en un lugar tan alejado como lo es acá.
Don Andrés tiene decenas de animales, el mismo hace de veterinario cuando están enfermos, y también hace de partero cuando nacen sus crías, dice que aprendió de un veterinario que se radicó unos meses aquí y le mostró como reconocer algunas de las enfermedades que atacan a los camélidos, pastorea todos los días por los bofedales cercanos a Visviri y en la noche los guarda en un galpón detrás del cerro de la copa de agua, la esquila la realiza después de las lluvias ya que según él, el pelaje se pone mucho más brillante y suave. Mientras pasan frente a nosotros aparece una alpaca que se nos hace familiar su nombre es Canela y tiene una interesante historia: don Andrés cuenta que cuando nació Canela su madre la rechazó y no le dio de mamar, su suerte estaba echada ya que sin la leche materna moriría a los pocos días, don Andrés le dijo a una profesora de un colegio Integra que si ella quería criar a la pequeña Canela porque si no debía ser sacrificada para evitar el sufrimiento, la profesora sintió pena de su destino y decidió darle mamadera a la alpaca para que pudiera sobrevivir, con el paso de los meses creció y un día cualquiera canela reconoció a su madre y se le acercó como diciéndole “mamá aquí estoy, yo soy tu hija, ¿Por qué no me quieres?” la ingrata madre al verla solo se mostró con un ademan de desprecio hacia su hija y la hizo a un lado, al ver este acto don Andrés sintió una lástima tan grande que decidió sacrificar a la alpaca madre ya que no quería que volviera a repetir la historia con otra cría. Canela es hoy una alpaca que tiene un carácter fuerte se nota una líder entre medio de las otras alpacas, como lección el pastor nos dijo que nadie debe rogar por el cariño de otro ser, sea quien sea.