Un par de meses después, en plena luna llena y tras más de 40 días en cuarentena, el período de estas semanas que debieran funcionar como el retorno a Huiro resulta imposible, inestable, incierto, una estancia última –o quizás no- para intentar un cierre irrealizable. En la distancia social que urge la pandemia del Covid-19, tensiona social y culturalmente el territorio, que inevitablemente también, es una fuga y un refugio.
La extrema abundancia de ésta época develó esos arbustos que parecían nada, en miles de murtas que cada día de sol salimos a cosechar todos. Murtas, mosqueto, moras, hongos y copihues por donde sea que se mire aún hasta estos días de mayo. Junto con eso y para sorpresa de todos, el libro final impreso; aunque se hace imposible su distribución, los cercanos y autores de las imágenes, participantes del proyecto tienen su ejemplar. El tiempo, los meses y lo que nos sea posible, ayudará a que llegue a muchos más.
Por el momento, y bajo esta bitácora de cierre quimérico, compartir ese resultado: “… después de la experiencia en Huiro, la necesidad de forjar historia, encuentro, conocimiento de un lugar inmenso en su universo propio. Aquí, durante unos meses de verano, se creó este Álbum creativo de Huiro; una publicación que transita entre el poemario visual y el foto libro, con imágenes y contenidos del lugar de un grupo de la comunidad formado por: Anaiss Ponce Oyarzún, Pamela Triviños Ponce, Patricia Ponce Antillanca, Arelia Nahuelpan Sepúlveda, Catalina Aguilar Oyarzún, Cristóbal Antillanca Hernández, Raúl Antillanca Jaramillo, Diego Antillanca Antillanca y Marcos González Antillanca. A partir de este libro y el proyecto realizado, Huiro espera ser reconocido, valorado y respetado como una tierra de abundante flora y fauna nativa, en constante peligro e invisibilidad.” (texto introductorio libro impreso/versión digital) Ver aquí