Tengo que volver a viajar a Santiago por el fin de semana. Durante el viaje en el bus, trato de comenzar a escribir esta entrada para la bitácora de Residencias. Y es que estamos en una situación “clave” para el proyecto, estoy dando lo mejor de mí para que todo resulte bien.
Le dije a Sebastián que yo me encargaría de escribir esta entrada. Pero una suerte de ansiedad se ha apoderado de mí. Y es que cuando tu mejor amiga de la adolescencia va a ser madre, resulta imposible no empatizar con su felicidad y no sentir una cuota de nervios, 19 años de amistad no son en vano.
En lo concreto, hoy junto a Sebastián y José presentamos nuestra propuesta de proyecto a la comunidad. Reconozco que estaba un poco nerviosa, la convocatoria y la recepciónn del grupo ante nuestra propuesta me tenían un poquito inquieta. Conozco el trabajo que ha hecho el Seba mientras estuvo solo en Caldera, y sé de lo bueno y lo malo que este ha tenido. Y también sé todo lo que le ha costado poder sobrellevar ciertas situaciones, tanto profesionales como laborales.
Partimos la reunión con un resumen de los lineamientos de las Residencias de Arte Colaborativo (para terminar de esclarecer cualquier duda que quedase al respecto), para luego entrar de lleno a las propuestas (todas en base a todas las reuniones previas y al trabajo de vinculación que se llevó a cabo en el territorio y con los diversos miembros de la comunidad).
Las propuestas fueron las siguientes:
El objetivo principal de esta propuesta fue de la mano con los objetivos planteados por la comunidad, y busca visibilizar a los habitantes de Caldera, relevando su patrimonio histórico, sus manifestaciones artísticas, culturales, sociales, sus artistas locales y a la comunidad y sus agrupaciones. Ello por medio de las representaciones artísticas ya expuestas.
En lo personal, creo que logramos transmitir el espíritu que queremos plasmar en el proyecto. Los chicos de a poco se han ido motivando, aportando con ideas y proponiendo cosas. Pero lo más importante, reflexionando acerca de las problemáticas locales y personales que quieren trabajar.
Llegamos al consenso de que llevaremos a cabo las tres propuestas. Las cápsulas y el fanzine irán de la mano en cuanto a los contenidos (solo cambiará la forma en que se ponen de manifiesto), mientras que el mural lo dejaremos como parte de las actividades que realizaremos para la finalización de nuestra Residencia.
Ahora que tenemos las ideas y las ganas de la comunidad, solo nos queda organizarnos en grupos de trabajo y comenzar a darle vida a este noble proyecto.
Ya voy de nuevo al norte, mi perro “Toto” me despidió en la puerta con la cara más triste que pudo poner. Quisiera poder traerlo conmigo. Pero mientras tanto, habrá que conformarse con el cariño de los perros calderinos, que como ya lo dije antes, son una inmensa y preocupante población de callejeros.
Me subo al bus de regreso a Caldera y termino de escribir esta entrada para la bitácora. Ayer 19 de enero, a las 22:44 horas, nació Mariana. Por cuestiones de salud, el parto se tuvo que adelantar un par de días. Pero todo salió bien, pese al cambio de planes. Me siento muy feliz en este momento. Una pequeña y rosadita vida ha llegado al mundo. Agradezco al universo haber podido viajar a tiempo y tener la oportunidad, a mi amiga, de verla y estar a su lado y, a Mariana, de conocerla, fotografiarla, abrazarla y amarla.
Y es que no sé cómo describir la inmensa alegría que ha producido la llegada de esta nueva vida. Mariana, con su piel rosada y sus pequeñas manitas, me recuerda los motivos que me mantienen de pie para continuar firmes en la lucha por la igualdad de género y abolir el abuso que ha sido normalizado durante años. Para que ella y sus compañeras en un futuro, puedan caminar seguras, decidir sobre sus cuerpos, amar desde el amor propio y el respeto, y ser libres de hacer y decir.