Nos establecimos en Cartagena, a pocas cuadras de la primera estación de ferrocarriles que surgió en el país con fines turísticos, que si bien fue condenada al olvido por un cambio de modelo económico que ya no contemplaba los ferrocarriles y mucho menos sus sindicatos y uniones; hoy sigue reuniendo gente a través de esfuerzos municipales, vecinales y comunitarios. El jardín que la rodea, muy hermoso, le da un aire sepulcral, como si fuera un mausoleo, guardando la memoria de una lógica de movilización (que con ciertos ajustes) es más válida y necesaria que nunca.
Ya almorzados, quisimos conocer la caleta San Pedro y la famosa cueva del pirata, los colores de la vegetación y la gran cantidad de aves nos acompañaron durante toda nuestra caminata de reconocimiento, que culminó en el humedal de Cartagena; pasando por la costa y la población el Arellano, que es nuestro territorio de trabajo directo. Desde nuestra primera visita pudimos notar que el mar había avanzado un poco más, dejando cada vez más angostas las playas que antes podían albergar cientos de veraneantes. El humedal se mantenía en su estado prístino de conservación, con visitantes alados que habían viajado más de 12.000kms (con un cambio de plumaje de por medio) para poder anidar y disfrutar del verano. En cuanto al aspecto social, las consignas aparecen en forma de carteles y rayados, el Arellano (y todo Cartagena) está atento a los procesos políticos a nivel país y locales y creemos que la contingencia nacional puede ser un motor de motivación para la participación en la residencia.
05-12-2019
En la visita que hicimos en agosto al territorio, establecimos buenas relaciones con los encargados municipales Luis, Pía y Brenda, manejar un mismo lenguaje facilitó el entendimiento y sus lineamientos de trabajo territorial se adscriben muy bien a los lineamientos de trabajo de la residencia, permitiendo una retroalimentación muy virtuosa, por lo que almorzamos algo rápido por ahí para partir a nuestra primera reunión.
Tomamos una micro que nos dejó cerca de la plaza, para caminar hacia la biblioteca municipal, al juntarnos con Luis, sincrónicamente y por los azares inexistentes de la vida, terminamos sumándonos a una reunión con María Ester Moreno y Margarita Cartagena; dos personajes emblemáticos de la zona, con una trayectoria de trabajo socio-ambiental impresionante, nos comentaron y completaron gran parte de la historia de Cartagena. Estaban haciendo arreglos en la biblioteca, así que terminamos la reunión con té y alfajores en la antigua casa del Dr. Rossi, ahora llamado Espacio Rossi Cowork, donde se pueden ver partes de la estructura original de la casa y su particular adobe.
Pudimos obtener los contactos de muchas personas que nos podrían apoyar en este proceso, y comenzamos a dilucidar los lineamientos y guías de trabajo.