Un día conocimos a Pablo un pastor que nos trasladó a Cosapilla para hacer parte de nuestra residencia allá, sin embargo no habíamos podido charlar mucho con él ni tampoco conocer su habilidad para la confección de cordelería Aymara en fibra de llamo y alpaca, quisimos saber más de él ya que varias personas nos habían contado que era un prodigioso de este arte, así que el día domingo estando en la feria tripartito en busca de fibras de casualidad nos encontramos con Pablo en el lado boliviano de la feria y nos invitó a ir a su domicilio para conversar y mostrarnos parte de su trabajo. Antes de esto hicimos un recorrido por la feria tripartito averiguando sobre las fibras y pudimos observar el intercambio comercial de éstas, el cual el lado chileno aporta en su mayoría con la venta de fibra esquilada, hoy Perú fue el mayor comprador, estos comerciantes se llevan la fibra seleccionada para procesarla en máquinas industriales en Perú nos dicen que en Arequipa se concentra la mayor producción de hilados y tejidos a nivel nacional de dicho país, Bolivia por su parte al igual que Chile viven una crisis y por este tiempo lamentablemente no han podido llevar mucha fibra del lado chileno para poder tejerla, después de hacer algunas averiguaciones sobre el ciclo de los textiles comenzamos a devolvernos a Visviri.
Nuevamente ubicamos a Pablo dentro del pueblo, nosotros queríamos invitarlo a ser parte de la residencia ya que encontramos muy interesante que existiera este tipo de expresión artística tan propia de los pastores del altiplano ya que utiliza solo fibra de llamo o alpaca que crían ellos mismos para hacer sogas y hondas que utilizan en la crianza y mantención del mismo ganado, además cumple una antigua tradición manteniendo viva la historia a través del textil de forma útil y practica para esta zona. Pablo es un hombre joven en apariencia comparándolo con el común de las personas que habitan Visviri que por lo general sobrepasan los 60 años de edad, nos hace pasar a su casa y nos muestra parte de sus hondas que fabrica nos dice que con fibra de llamo es que hilan de una forma particular ya que ésta la enrollan con un palito de madera, la estiran, la tensan y luego la sumergen en agua caliente hasta que finalmente se seque la fibra de llamo, esta técnica es llamada por nombre “mismir”, dice que por su trabajo por ahora no ha tenido mucho tiempo para fabricar sogas y hondas, sin embargo nos muestra unos trabajos muy hermosos hechos con distintos números de hilos pares como lo son tejidos de 4, 8, 16, 24 y 32 hilos el más complejo de ellos, quedamos encantados con su técnica de fabricación de cordelería andina Aymara tanto por su forma como por su complejidad, mientras conversábamos Pablo comenzó a mostrarnos como tejía con sus manos, nos explicaba los pasos y vueltas que debíamos seguir con las pitas, luego nos entregó unos kaytu de color gris natural de llamo para que aprendiéramos a hacer una soga con 4 hilos nos dejó una tarea y lo invitamos a participar del proyecto a lo cual acepta porque según nos dice que pronto termina su trabajo en Parinacota y tendrá más tiempo disponible para aportar a este proyecto de arte colaborativo.