Ya estamos viviendo los últimos días en Caldera, he pasado las tardes editando el material que hemos ido recolectando junto a las “Changas subversivas”. Por su parte, Seba ha tenido que viajar a Copiapó, así es que tengo la casa para mí sola. De modo que aprovecho el tiempo para disfrutar de este espacio que hemos habitado. El baño y la higuera son mis lugares favoritos. Extrañaré mirar por la ventana del baño y observar a las gaviotas jugar a dejarse llevar por el viento arriba en la torre de la Iglesia de San Vicente de Paul (el arquitecto de ésta fue el francés Gustave Eiffel, un datito que aprendí en estos meses de vida calderina). Algo que no extrañaré es al vecino de los jugos con su parlante, menos cuando nos despertaba los sábados a las nueve de la mañana con la radio Bahía y su particular programación.
Estos días hemos estados súper ocupados tratando de responder a todos los compromisos que asumimos desde el comienzo de esta experiencia colaborativa. Desde hace ya unas semanas mi estómago ha estado débil (suele pasarme la cuenta el estrés). El día de la primera reunión de edición del fanzine desperté con vómitos y un horrible malestar físico. Por suerte estábamos en Copiapó, por lo que pude conseguir una hora para ir al médico: gastroenteritis nerviosa fue el diagnóstico y una orden para hacerme una Endoscopía. Salimos de la consulta y tuvimos que correr para alcanzar el bus de las 18:00 hrs. Debíamos, o más bien debía, llegar a Caldera antes de las 20:00 horas ya que a esa hora quedamos con las chicas de reunirnos en casa de Cherry. A la cita llegaron casi todas las muchachas: Sibylla, Ale, Anita, Cami, Jenny, Mari, Javi, Sofi, Dani. Revisamos el material de la entrevista con la Cata y comentamos junto a la Ale lo que fue esa mañana que desayunamos y escuchamos una parte de la historia de la Cata: una mujer que vive en situación de calle por decisión propia, junto a su perrito, un bello rucio que rescató luego que sus dueños lo abandonaran. Nos habló de su enfermedad y de quienes la han ayudado desde que fue diagnosticada.
Revisamos el registro de la salida a Chorrillos con Jenny y Dani e hicimos la primera selección de fotos que irán en el fanzine. Comentamos las reflexiones que hicimos sobre el grave problema de la contaminación costera y desértica que sufre la zona, y por supuesto, reflexionamos acerca de la belleza del paisaje. También aprovechamos el tiempo para tomar las fotografías a los dibujos de Sibylla, los que iban a ser su aporte al fanzine.
Como último ítem de la reunión, trabajamos los aspectos técnicos, estéticos y de diseño de los fanzines. Les pedí que comenzaran a pensar en un nombre y en una idea para la portada y contraportada. Les di algunas ideas y referencias, así mientras algunas conversaban de lo hecho y otras ayudaban con la toma de las fotografías a los dibujos, nació la idea de que “Aquamarine”, uno de los dibujos de Sibila, fuera la portada del fanzine.
Las despedidas comenzaron. Hoy despedimos a Rafa y Andrés, compañeros/vecinos de nuestra casa calderina, con quienes compartimos unas ricas arepas. Pronto me toca a mí dejar la casa y la ciudad, ya comencé a registrar con la cámara los rincones del lugar que habité por tres meses y también continúo fotografiando el Puerto de Caldera, del que me quiero llevar un trozo, no solo en mi álbum mental. Así comienzan mis rituales de despedida. Intento desviarme siempre del camino y pararme un ratito frente al mar, me guardo y disfruto del silencio que reina todas las noches (desde que por fin se fueron los turistas).
La última reunión que alcanzamos a organizar y coincidir fue en casa de Jenny, quien amablemente ofreció recibirnos para que todas pudiesen ir. Fue en la tarde nuestra última reunión oficial con las chicas. A esta junta llegó Mari, Cherry, Dani, Luz, Javi, y por supuesto la dueña de casa, Jenny. Comenzamos revisando el material del fanzine “Mujeres que se miran”, ninguna de las retratadas había podido ver sus fotografías, por lo que decidí, por respeto a cada una (las fotografías eran desnudos), que fuesen revisándolas de manera individual y luego compartieran su sesión al resto de las compañeras. Por mientras, avanzamos con las chicas del primer fanzine. Lo primero fue terminar de decidir el nombre: “Changas Subversivas” fue la opción ganadora. Revisamos y digitalizamos los poemas de Cherry y Luz, comentamos un poco sobre el diseño del fanzine y logramos cerrar la mayoría de los detalles más importantes de la construcción de la publicación.
Mientras ordenábamos y nos preparábamos para irnos (teníamos que reunirnos en casa de Seba Te falta Calle para grabar los audios de la cápsula audiovisual que se hizo con la Fundación), mis queridas Jenny y Mari me sorprendieron con una invitación. Nos arrancaríamos solo mujeres, a la playa de Chorrillos. Ya tenían todo planeado y a mi solo me quedaba aceptar.
El penúltimo día me levanté temprano, y antes de irme de paseo con las chicas, dejé mi ropa lista, mis cosas y el montón de cachureos que llevé y recolecté en estos meses de vida nortina.
Cierro esta bitácora recordando el maravilloso día que compartimos junto a Jenny, Mari y Anita, hermosas y fuertes mujeres que conocí durante esta experiencia. No puedo olvidar agradecerles por ese día, por esa playa hermosa y solitaria, las iguanas que nos visitaron y la energía que creamos siendo nosotras. Gracias por el amor, el apoyo y las infinitas risas.