El tiempo pasa rápido en Ñirehuao, los días se hacen cortos, entre las tareas de acomodar la casa y la preparación de nuestro primer hito culinario, hemos estado justos de tiempo y al caer la noche el cansancio se apodera de nuestras cuerpas. Hay muchas dinámicas que están relacionadas con el quehacer del hogar, cortar la leña y mantener el fuego para cocinar y calentar la casa, son esenciales en el cotidiano. Nos hemos destinado roles que han servido para estos primeros días, aún así sabemos que debemos ir rotando, pues por ahora, Juana aplica hacha para la leña, Sebastian se encarga de recoger las mejores leñitas para que Gabriela inicie y mantenga el fuego.
El viernes lo destinamos a crear y diseñar la invitación para “Comida: la excusa de la sobremesa”, hito culinario dispuesto a generar encuentros, diálogos, discusiones, reflexiones, acciones y colaboraciones en torno a decidir, preparar y compartir una comida. Elegimos trabajar con el collage y hacer uso de las revistas que adquirimos en el persa bio bio durante nuestro paso por Santiago. Estas fueron publicadas entre los años cincuenta y sesenta, tesoros de papel frágil, sin fin de imágenes para maniobrar y tramar ideas, así que arreglamos mesa de trabajo y nos dispusimos a la creación.
Es primera vez que Sebastián hace collage, usa el ejercicio para reconocer las distintas formas de abordar las infinitas visiones que devienen de una imagen, palabra u frase.
La primera consigna fue buscar imágenes, frases y colores relacionadas a la cocina y a la comida para jugar con las posibilidades que los recortes brindaban. Así apareció la imagen de un pescado que terminó de unificar nuestras ideas y dio sentido a la invitación estableciendo un relación entre las imágenes y el menú que pensábamos cocinar.
El salmón tocó nuestra puerta literalmente, dos comerciantes nos lo ofrecieron en una venta puerta a puerta, muy típico de aquí. Tenía buena pinta y se notaba fresco, sin dudarlo nos lo quedamos y ya teníamos el fuerte de nuestro plato a compartir.
Con el collage ya escaneado e impreso nos fuimos a invitar a las que, a nuestro parecer, son personalidades relevantes de la villa. Partimos donde Gloria, presidenta de la junta de vecinos, llevamos los afiches informativos que hicimos para ayudar a difundir e informar en la localidad sobre la campaña de donación que levantó la junta de vecinos, esto para mejorar el mirador. Compartimos unos mates y una agradable charla. Luego fuimos donde la señora Raquel y su marido don Tito, la primera es la encargada de la sala museográfica y don Tito ex alumno de la escuela “Valle de la Luna” y en la actualidad trabajador de ésta. Pasamos donde la señora Sandra, de camino queda la casa de la señora Pascuala, integrante del PMU junto a sus 2 hijas. Le avisamos a don Serafin, bombero de Ñirehuao, pero no llegaba con el horario, su jornada de trabajo es hasta las 18 hrs. pero le toma dos horas llegar a Ñirehuao puesto que se va a pie. Invitamos a Loreto e Igor Ernesto, los paramédicos fijos de la zona, y así fuimos recorriendo la villa hasta completar la jornada y nuestras ansias se hacían más grandes pues ya veíamos como nuestro primer encuentro con la comunidad comenzaba a tener cuerpo. Al día siguiente fuimos a Coyhaique, necesitábamos comprar las verduras para la comida, ya que a Ñirrehuao es muy poco lo que llega. Faltaban las papas, el tomate, el cilantro, el ají, la cebolla, las nueces entre otras cosas.
El camino es dificultoso, lleva años sin pavimentar y actualmente están trabajando en él. Los cortes son pan de cada día, por lo que nunca se sabe con seguridad a que hora llegarás a destino. Pasamos todo el día en la ciudad, nos avisaron que recién a las 18 horas habilitaban el camino hasta Ñirehuao, y por la tarde ya queríamos estar en casa, la tranquilidad de la villa nos pedía que regresáramos pronto. Esa noche recibimos la primera visita oficial al hogar, nos visitó Alisson de Servicio País junto a JP, profe del colegio, ambos nos invitaron una jarra de sangría, nosotros pusimos una picada y nos distendimos en una agradable conversación. De a poco comenzamos a sentirnos en casa.