El objetivo de esta residencia es promover el encuentro y diálogo de las diversas identidades que habitan la comunidad de Huara, explorando colectivamente sus perspectivas respecto del territorio y sus habitantes. A partir de sus memorias y de las posibilidades del registro, se pretende develar y construir múltiples imaginarios que resignifiquen su patrimonio material e inmaterial, pudiendo confluir en propuestas de proyectos comunes respecto a él.
Buscamos indagar en la multiplicidad de formas de ser/habitar la pampa y habitarse en ella, develando y entretejiendo sus diversas capas a la manera de una arqueología de la memoria, es decir, un proceso en el que las identidades de quienes habitan Huara y quienes la habitaron- puedan ver la luz, encontrarse y reconocerse como parte del territorio.
Colectivo Pacto es una agrupación transdisciplinar que sentí-piensa y acciona, a través de procesos artísticos colectivos y comunitarios – las múltiples formas de develar y relevar las memorias que habitan los márgenes; aquellas que han sido históricamente acalladas y arrastradas al olvido. Buscamos desatar los nudos que conforman nuestros recuerdos e identidades y desentramar la red que nos une como pueblo.
Porque sabemos que la historia siempre es contada por los vencedores, que hegemonizan los relatos, los retratos, las imágenes, los hechos a conmemorar, la historia…
Porque sabemos que este sistema nos oculta el pasado y nos impone el olvido, provocando lentamente la pérdida de la capacidad de enredarnos con otrxs y en ello, perdemos nuestras voces, nuestras sensaciones, nuestras imágenes, nuestros propios recuerdos, nuestras identidades..
Porque sabemos que las Memorias son espacios en disputa y precisamente por ello, creemos fundamental el visibilizar y poner en diálogo las otras memorias, co-inspirar con lxs que no están en los libros oficiales, desde las identidades que circulan por los bordes y, desde ahí, pensar en otras maneras de soñar y construir nuevos mundos posibles.
Lo anterior es, entonces, una insurrección posible que levantamos como un gesto de subversión; creando un relato tectónico desde la multiplicidad de nuestras memorias, entramándolas, volviendo a oír esas voces subterráneas, de una manera emotiva y reflexiva. Invocamos esta forma de dar batalla contra el olvido, visibilizar las otras memorias, los otros dolores, las otras alegrías: nuestras memorias, nuestras rebeldías individuales y colectivas y, así, revindicar nuestro derecho a urdirlas y re-imaginarlas