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Residencia: Al Des-borde del Camino Huara, Tarapacá - 2019 Residente: Colectivo Pacto
Publicado: 19 de enero de 2020
¿Dónde jugarán les niñes?

Luego de nuestro viaje a Pisagua, nos queda grabada la imagen de la caleta como una niña sufriente, golpeada. Pensamos en la infancia y en la delicadeza de su existencia pequeñita, en su vivencia como una telaraña, delgada, transparente, firme en su levedad. Lxs niñxs no son “el futuro de un país”. Son presente, son ahora, están aquí hoy y su presencia es digna de atención y cuidado porque son niñxs y no porque “algún día serán adultos”.

 

Sin embargo aquí, en Huara, los hemos visto esporádicamente: las plazas están semivacías, utilizan la cancha solo a veces, algunos días visitan la piscina, pero a muchxs niñxs no les interesa ir a la piscina… Desde que llegamos, nos han aconsejado trabajar con les adultes mayores, que son los más participativos y organizados, pero nosotrxs nos seguimos preguntando ¿Dónde jugarán les niñes?, ¿dónde están?, ¿están?

 

Decidimos palear en el desierto de la infancia. ¿qué hay de-cierto que Huara es un pueblo de viejos, como nos han dicho todxs? Nosotres, que podemos ser niñxs traviesxs dispuestos al desafío del trampolín más vertiginoso y desafiar a lxs enseñanzas de lxs mayores, dejamos de oír sus consejos y porfiamos por un ratito.

 

¿Dónde buscar?, ¿cómo? No tenemos tanto tiempo, así que damos la vuelta corta y el cine nos parece una buena alternativa para abrir los caminos del registro. Convocamos entonces a un Ciclo de Cine de Verano para niñes y adolescentes. Queremos reunirlos, ver sus caritas, saber quiénes son y escuchar sus risas. Todxs juntos en una ficticia sala de cine. Aprovechamos de levantar la actividad en conjunto con Ajayu, convocar a un público transgeneracional y autogestionar fondos para el Campamento en Pica al que iremos en febrero. Hacemos afiches, repartimos invitaciones, volanteamos. Nos dicen que aunque empapelemos el pueblo, no esperemos una asistencia masiva pues “cuesta mucho sacar a la gente de sus casas”; que lo más efectivo siempre ha sido ir puerta a puerta. Pero no tenemos tiempo y decidimos salir a megafonear la actividad como lo hacemos en Lo Hermida, porque nuestra memoria también está y no nos queremos olvidar de nosotrxs mismxs.

 

Los esfuerzos dan el resultado no esperado para lxs huarinxs: ¡las convoctorias son un éxito! En Huara HAY niñxs, están acá, todxs juntxs en una sala atiborrada de ojos inmensos, brillantes, que saltan al sonido y al movimiento de las películas que exhibimos en dos jornadas. Los observamos:  qué les llena el rostro de alegría, qué les emociona, cuánto es su umbral de atención. Nos fijamos en un detalle: muchísimos llegan en sus bicis, en skate, en patines; niños, niñas y adolescentes sobre ruedas, así que resolvemos invitarlos a que nos inviten a recorrer el pueblo de esa manera. Veremos cómo nos va…

 

Les niñes están y son, en un país donde no les interesan a las instituciones locales, en ellxs no hay votos que sirvan para futuras campañas; les niñes son esas semillitas que nos hacen brillar los ojos de alegría, de verles felices. Nuestra porfía nos lleva por una senda que se abre ante nuestros pasos, antes que nosotrxs habían huellas de pies pequeñxs que marcaron un camino que seguiremos andando. Aquí también juegan les niñes, y no van a dejar de jugar.

 

 

 

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