Sonrisitas, la perrita que nos visita constantemente en la cabaña no se atreve a entrar por la puerta, hemos ido dándole la confianza para que lo haga, de a poco ha ido avanzando y hoy ya pasa el umbral unos 30 cm.
Junto con Gisela, decidimos salir a caminar por las calles, visitamos la Biblioteca Pública de San Pablo donde nos recibió Carmen Villanueva, quien de muy buena manera nos presenta el lugar y nos comenta un poco de sus días. Carmen y Gisela se conocen desde hace ya unos años ya que comparten el rubro bibliotecario, lo que generó un grato ambiente de confianza.
Al presentarnos y comentar lo que estamos haciendo dentro del marco de la residencia, logramos darnos cuenta que Carmen comparte historia familiar con Adalberto Lobo, el abuelo de Sebastián lo que propició no solo un grato ambiente de confianza sino que también de cariño.
Fanática de los caballos y los copihues, Carmen, en conjunto con el club de huasos, organizó la primera carrera a la chilena en San Pablo. Hasta ahora nunca ha habido un evento como este, el cual busca ser el primero de muchos. Al parecer seremos invitados de honor.
Llega el día, Sonrisitas nos acompaña hasta la van que nos acercará a Hueleco, lugar del evento. Subimos sin saber con lo que nos íbamos a encontrar.
Llegamos y copihues de fieltro adornaban el mesón con premios del evento, habían huasos, ponchos y chupallas por doquier.
Luego de la primera carrera comienzan a llegar en masa los vehículos con familias a disfrutar del espectáculo. Fuimos parte de un entrenamiento para el torneo de tejo donde se sorteaba un cordero vivo y pudimos apoyar con el registro fotográfico oficial del encuentro.
Los perros corrían de allá para acá y los jinetes preparan los caballos para correr.
La Escandalosa corrió junto al Misterioso, el Llanero contra la Abanchelinna y la Niña moza contra el Orgulloso. Al pasar a toda velocidad por el costado de los puestos de artesanías y comida, los equinos levantaron tanto polvo que, desde el lugar del evento, era difícil saber quién había ganado la carrera.
Nos impresionó ver la cantidad de familias que siguen este tipo de eventos donde el asado de cordero no para de salir. Algunos jinetes y dueños de caballos se repartieron las medallas vencedoras, otros no ganaron nada, pero esa no fue excusa para celebrar y bailar al son de las rancheras.
Esta instancia nos sirvió mucho para ser parte de un evento que, en su primera versión, nos mostró otra perspectiva de San Pablo y sus tradiciones, eventos que se desarrollan en los sectores aledaños de San Pablo. Si bien esta actividad no tuvo mucha relación con el Kiosco de la Memoria, nos ayudó a conocer personas, tradiciones y a Carmen, con quien podremos colaborar en el futuro.